El
expresidente del Gobierno, Felipe González, decía hace unos días en un
periódico de tirada nacional que la burbuja inmobiliaria se inicio en 1998 con la Ley del Suelo y reconocía que el
Gobierno de Zapatero no sólo no corrigió los errores, “sino que se le echa más
gasolina al fuego”. En la misma entrevista, el gran prohombre del socialismo
español reclamaba un gran consenso nacional para salir de la crisis y le pedía
a Rubalcaba que actuará “como Gobierno, sabiendo que no lo eres”, anteponiendo
los intereses de España a los intereses propios de los partidos políticos.
El mensaje de González a su partido
es muy claro, de lo que estoy tan convencido es de que llegue con la nitidez
necesaria a sus compañeros como para que lo escuchen o, lo que es más probable,
que éstos tengan ganas de escuchar a quien, en numerosas ocasiones, se ha
sentido como un “jarrón chino”, muy valioso, pero al que nadie sabe dónde
colocar.
Y a los hechos me remito: mientras
el Gobierno de España está aplicando unas duras, pero necesarias, reformas que
otros países ya iniciaron hace años para salir de la crisis, aunque ello
suponga un coste político y social elevado, el PSOE ha optado por desentenderse
de los problemas y aprovechar la coyuntura para hacer electoralismo, olvidando
que hasta hace poco más de siete meses fueron gobierno y que con su gestión,
tal y como ha venido a reconocer el propio Felipe González, ha dejado el país
arruinado y repleto de deudas.
Estamos viendo como desde el
Partido socialista se alientan, cuando no se encabezan, manifestaciones, se lanzan
soflamas incendiarias que en nada favorecen la imagen internacional de nuestro
país o, como está haciendo irresponsablemente el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, convierten
la confrontación en su única forma de hacer política. Todo es poco con tal de
desgastar al Gobierno, aunque con su ‘talante’ estén perjudicando los intereses
de España.
¡Qué diferencia entre la actitud
bronca de los dirigentes socialistas y la mano tendida y de colaboración
institucional del presidente del PP de Andalucía, Juan Ignacio Zoido, a Griñán
tras su reciente encuentro! ¡Y qué falta de lealtad institucional de un gobierno
andaluz instalado en el más puro estilo ‘agitprop’ (agitación y propaganda)
ante una situación de emergencia que solo podremos superar desde los acuerdos,
nunca desde la discusión y la controversia permanente!.
Y es que mientras unos pensamos en salvar
el país, diciendo la verdad y adoptando medidas excepcionales, que luego serán
beneficiosas para todos, aunque ahora generen incomprensión y críticas, otros,
desde la más absoluta irresponsabilidad, quieren pescar en río revuelto para
sacar ventajismo político, sin importarles ni el momento crítico que vive
España ni, mucho menos, los motivos que nos han traído hasta aquí.
Probablemente porque, como le ocurre al escorpión con la picadura, lo llevan en
su naturaleza.
Javier Aureliano García
Secretario general del PP de Almería

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