Vamos a llamar a las cosas por su nombre, y en vez de estar todo el día en el muro de las lamentaciones, tengamos más confianza en ese hombre y esa mujer del mañana.
Por encima de tanta basura como circula por la calle, hay parejas que queremos ir vírgenes al matrimonio; familias jóvenes que pasan el verano con un ventilador –en lugar del aire acondicionado- para poder pagar un colegio de profesionales que mantengan una ética y colabore con ellos a educar a sus hijos en valores humanos. Cantidad de chicas y chicos que en verano y en las vacaciones de Navidad, se han ido a atender mendigos en la India, o a acompañar a sus abuelos al pueblo.
Estos, seremos los jóvenes que sacaremos las castañas del fuego en un futuro.
Mientras tanto, muchos siguen comentando, lo mal que está la juventud. ¿Será que muchos padres no han logrado configurar un ambiente dónde sus hijos encuentren oxigeno y agua clara?
Ana Carmen Trujillano
jueves, 5 de febrero de 2009
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