Con desilusión y sorpresa veo que el Ayuntamiento de nuestra querida ciudad se ha sumado al número de ciudades que intentan insultar a Dios y a los que creemos en Él.
Me gustaría que hubiera una nota que aclarara este asunto, que no entiendo yo, ni tampoco muchísimos más malagueños.
Y, no me digan que hay que ser demócratas. La democracia es algo más que ese autobús. La democracia, es lo que hicieron dos personas que reinaban uno en Bélgica, hace unos años, el Rey Balduino y otro un archidupe reinante en pleno siglo XXI, en un pequeñísimo estado de centro Europa. Ambos prefirieron abdicar en su momento por dos días antes de estampar su firma aprobando leyes infames.
Por eso, no entiendo que razones habrá tenido, el alcalde para dar su consentimiento a esta propaganda. Porque razones para insultar a Dios no hay ninguna.
Piedad Sánchez de la Fuente
domingo, 8 de febrero de 2009
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