Otro niño para Sarkozy

LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin.- La familia Sarkozy sigue creciendo. Han pasado seis meses desde que llegara al mundo Giulia, el cuarto hijo y única niña del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, y ahora éste se acaba de convertir en abuelo por segunda vez. A sus 57 años, el mandatario ya tiene entre los brazos a su nueva nieta, fruto del matrimonio de su hijo Jean Sarkozy y Jessica Sebaoun-Darty. La nueva integrante de la familia es una preciosa niña, a la que sus padres han decidido llamar Lola. Jean, de 25 años, ya era padre de un varón llamado Solal, que nació en enero del 2010. La noticia ha salido a la luz pública de la mano de Le Parisien, que no aporta más datos sobre el alumbramiento. No obstante, sí se puede afirmar que la niña ha colmado de felicidad al hijo menor de la unión de Sarkozy y su ex mujer Marie-Dominique Culioli. Un bebé que ha llegado al mundo en un momento decisivo para su abuelo, en plena campaña política, y medio año después del nacimiento de su pequeña tía Giulia, la primera hija del matrimonio de Sarkozy con la ex modelo y cantante Carla Bruni. Jean Sarkozy se caracteriza por llevar una vida bastante discreta. Casado desde octubre del 2008 con Jessica, la hija de una familia adinerada que controla la popular cadena de electrodomésticos Darty, es licenciado en Derecho y consejero general de Hauts de Seine. La pareja es bastante conocida en Francia por la popularidad de sus respectivas familias, pero aún así es bastante celosa de su intimidad y procura mantener una vida de lo más normal, totalmente centrada en su familia. Sarkozy disfruta una de sus etapas personales más satisfactorias. Felizmente casado con Carla Bruni, al francés le ha sentado bastante bien la paternidad con más de medio siglo de vida. Está en forma y cada día más enamorado de su célebre esposa, que estos días es noticia por su papel como primera dama en la presente campaña electoral, donde intenta mantenerse en un segundo plano. Sarkozy y Bruni se conocieron en 2007 y desde entonces son la viva imagen de la felicidad. Aunque no son partidarios de airear su vida personal, tampoco ocultan la buena salud de la que goza su relación. Un amor que aún se hizo más fuerte con el nacimiento de su primera hija, el pasado mes de octubre. El matrimonio está encantado con su nueva faceta como padres, un sentimiento que, aunque no es nuevo para ninguno de los dos -ella ya era madre de un niño y él de tres-, ha dado un nuevo sentido a su historia de amor. Ser abuelo de nuevo, es para Sarkozy un motivo más para mirar con optimismo y fuerza hacia el futuro.