Atribuye la ruptura del acuerdo a los retratos de la
operación, gestada desde hace dos años
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-El Grupo Santander anunció ayer que no
comprará las aproximadamente 300 oficinas en el Reino Unido del Royal Bank of
Scotland (RBS) y de Natwest, debido al previsible retraso en la ejecución del
acuerdo.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Santander explicó que el acuerdo "queda sin efecto" por "la previsible falta de cumplimiento" dentro del plazo acordado de las condiciones a que estaba sometido, que acababa en febrero de 2013.
El acuerdo alcanzado en agosto de 2010 entre Santander Reino Unido y RBS para la compra de las sucursales preveía que la operación se cerraría en 2011, aunque en agosto de ese año la fecha objetivo del cierre se prorrogó hasta el cuarto trimestre de 2012. Según explica el Santander, la prioridad de su filial británica en este proceso ha sido "asegurar una transición adecuada para los clientes de las sucursales afectadas". Sin embargo, añade, "teniendo en cuenta los retrasos que ha sufrido el proceso de integración, Santander UK ha concluido que no es posible alcanzar ese objetivo en un plazo razonable".El consejero delegado del Royal Bank of Scotland, Stephen Hester, sentenció que resultaba "decepcionante" que el Santander hubiera "decidido retirarse de la transacción" y aseguró que buscan nuevo comprador. El RBS, intervenido por el Gobierno británico, llevaba más de dos años trabajando en la operación después de que Bruselas le exigiera vender esas sucursales antes de 2014 a cambio del rescate de 45.000 millones de libras que recibió del Estado británico.
En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Santander explicó que el acuerdo "queda sin efecto" por "la previsible falta de cumplimiento" dentro del plazo acordado de las condiciones a que estaba sometido, que acababa en febrero de 2013.
El acuerdo alcanzado en agosto de 2010 entre Santander Reino Unido y RBS para la compra de las sucursales preveía que la operación se cerraría en 2011, aunque en agosto de ese año la fecha objetivo del cierre se prorrogó hasta el cuarto trimestre de 2012. Según explica el Santander, la prioridad de su filial británica en este proceso ha sido "asegurar una transición adecuada para los clientes de las sucursales afectadas". Sin embargo, añade, "teniendo en cuenta los retrasos que ha sufrido el proceso de integración, Santander UK ha concluido que no es posible alcanzar ese objetivo en un plazo razonable".El consejero delegado del Royal Bank of Scotland, Stephen Hester, sentenció que resultaba "decepcionante" que el Santander hubiera "decidido retirarse de la transacción" y aseguró que buscan nuevo comprador. El RBS, intervenido por el Gobierno británico, llevaba más de dos años trabajando en la operación después de que Bruselas le exigiera vender esas sucursales antes de 2014 a cambio del rescate de 45.000 millones de libras que recibió del Estado británico.
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