El sindicato UGT celebró su cuadragésimo congreso, en uno de los momentos más graves para la economía española y como admite su secretario general, Cándido Méndez, nadie sabe ni la profundidad ni la duración de la recesión. Ya le vale a D. Cándido reconocer que tenemos en España una intensa destrucción de empleo, más incluso que cuando gobernaba el Sr. González y mira que casualidad, en ambos casos con el Sr. Solbes como responsable de economía. Tiene toda la razón el Sr. Méndez al apuntar que es mucho mayor que en cualquier otro país desarrollado.
Según datos que se van conociendo, estamos rozando ya los cuatro millones de parados de los cuales cerca de 1.500.000 no tienen prestación de desempleo, a mi entender esto es tan preocupante como para ocuparse de una vez por todas en intentar salir de este agujero y no marear la perdiz.
Puede que el inmovilismo de los dos grandes sindicatos, especialmente de la UGT, sea comprensible, especialmente después de la complicidad que mostró con ellos el presidente Zapatero, el cual en una sesión del congreso les pidió “cariño”. ¿No les parece demasiada familiariedad? Tratándose del futuro de España, para mí esta especie de connivencia es una clara irresponsabilidad. Qué habrían dicho si en lugar de “su jefe” Zapatero, el cariño lo hubiera pedido el líder de PP.
¿Se imaginan si ante la sangría del paro y la grave crisis en la que estamos inmersos cómo estarían las calles de toda España si el Gobierno estuviera en manos del PP? Seguro que ya hubiésemos tenido más de una huelga general y el país patas arriba.
Pero sí Zapatero les pide "el cariño" a los sindicatos y estos se muestran complacientes cabe la pregunta ¿Para que sirven los sindicatos?
Pedro J. Piqueras Ibáñez
domingo, 5 de abril de 2009
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