LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-Jonathan
Moya, el presunto raptor y asesino de la niña onubense de 16 meses Miriam, ha
negado este lunes su participación en la compraventa fraudulenta de un turismo
de alta gama por la que se le acusa de estafa y ha asegurado que la operación
la "negocio" su "hermano", quien debía haber declarado en
la vista oral como testigo aunque finalmente no ha sido así ya que se encuentra
en paradero desconocido.
Moya González ha comparecido ante el Juzgado de lo Penal número
1 para enfrentarse a uno de los cuatro juicio que tiene pendientes por la
presunta comisión de estafas siempre con el mismo 'modus operandi'. Ha entrado
en la sala de vistas de la Ciudad de la Justicia pasadas las 09,45 horas
cabizbajo y ha evitado cruzar la mirada con cualquier persona ajena al juez o a
los abogados.
Durante su declaración, que se ha prolongado durante apenas
diez minutos, ha reiterado a preguntas de la fiscal y la acusación particular
que no intervino en la compra de un turismo por 9.000 euros, que según ha
asegurado su propietario, nunca llegó a pagar ni tampoco en la venta posterior
a un familiar de un expareja, que abonó 5.000 euros. Ha indicado, asimismo, que
"nunca" hubo intención de "no pagar el coche".
"Ni firmé el contrato ni forme parte de las
conversaciones. No estaba presente. Fue mi hermano Iván", ha trasladado
Jonathan Moya en una versión que difiere de la que han ofrecido ambas víctimas,
quienes le han señalado como la persona "en la que confiaron" y la
que les "engañó". El acusado, en prisión provisional desde finales de
diciembre por el crimen de la bebé onubense Miriam, no ha querido hacer uso de
su turno de palabra al término de la vista.
El propietario del vehículo de alta gama con el que
supuestamente se cometió la estafa en 2008 ha relatado que, en todo momento,
"confió" en él por su manera de actuar y ha detallado que, para darle
fiabilidad a la operación, la formalizaron en una gestoría.
"Me dijo que tenía un hermano que trabajaba en una entidad
financiera en Granada y que ya me había hecho la transferencia de 9.000 euros
por el coche. Cuando por la tarde vi que no tenía en dinero, me preocupe y empecé
a llamarlo, pero me decía que no había problema para tranquilizarme", ha
afirmado.
"PON DENUNCIA YA PORQUE SE DEDICA A ESTAS COSAS"
Ha detallado, en esta línea, que cuando fue a poner en
conocimiento de la Guardia Civil los hechos, "al principio me dijeron que
esperara unos días pero, al saber su nombre, me dijeron: pon la denuncia ya
porque este se dedica a esas cosas".
Por otro lado, el adquiriente del vehículo ha reconocido ante
la sala que Jonathan Moya, a quien conocía por haber mantenido una relación con
"una prima de mi padre", ya le había "intentado engañar con otro
coche una primera vez" pero que lo "arregló" diciéndole que su
hermano "tenía otro a la venta y que me lo iba a traer". Cuando
cerraron supuestamente la operación, según ha añadido, le dijo "ya tienes
un buen coche y me echó la mano".
Ha lamentado que el turismo "haya estado un año y medio
sin que pudiera tocarlo en mi cochera" ya que, a las dos semanas de
adquirirlo, "llegó la Guardia Civil y me dijo que no podía usarlo porque
era robado". "Todavía estoy pagando el préstamo de 4.000 euros que
pidieron mis padres y con riesgo de embargo de su casa porque tengo en demora
3.500 euros", ha asegurado.
Durante el trámite de informes, la fiscal ha elevado a
definitiva la petición de 18 meses de cárcel y el pago de una indemnización de
5.000 euros al comprador del coche al considerar que ha quedado
"plenamente acreditado" que Jonathan Moya "hizo creer" al
propietario que iba a pagarle 9.000 euros, que "llegó a ir a una gestoría
para hacerlo más creíble el engaño" y que tenía "el plan preconcebido
de vendérselo a un tercero".
"FALTA DE ESCRÚPULOS"
La acusación particular, que interesa tres años de cárcel y el
pago de un indemnización de 4.000 euros en concepto de "depreciación del valor"
del coche durante los dos años en los que no ha podido hacer uso de el, ha
reprochado al acusado la "falta de escrúpulos" y el uso de "todo
tipo de artimañas" y ha apuntado ante el juez que considera acreditada la
"activa participación" de su hermano en la presunta estafa. Por su
parte, la defensa ha solicitado la absolución o, subsidiariamente, que se
aplique al tipo delictivo sencillo la atenuante de dilación indebida.
Según se recoge en el escrito de acusación, Jonathan Moya, de
25 años, planeó en mayo de 2008 una operación de compraventa de un coche de
segunda mano "con la intención de obtener un lucro ilícito" y, con
ese objetivo, se puso en contacto con un vecino del municipio de Huércal de
Almería que tenía a la venta un turismo marca BMW por 9.000 euros para cerrar
un acuerdo.
El día 7 de ese mes, firmó en una gestoría de este municipio
"un contrato de venta y un justificante provisional de la
transferencia", por lo que el vendedor procedió a "entregar el coche
al acusado "que habría de hacer el ingreso de 9.000 euros en su cuenta ese
mismo día".
El fiscal resalta que, "lejos de ello y de acuerdo con el
plan preconcebido", Jonathan Moya González, en poder del turismo, contactó
con una tercera persona "que sabía que estaba interesado en la compra de
un modelo BMW" y se lo ofreció a cambio de 5.000 euros.
El acusado, según relata el escrito, llegó "a un acuerdo
verbal" con el comprador, que le entregó en dinero pactado aunque
"luego no pudo hacer la transferencia del turismo por estar a nombre"
de su anterior propietario, que finalmente lo pudo recuperar al serle entregado
por la Guardia Civil.
CRIMEN DE FIÑANA
La niña de 16 meses, natural del municipio de Palma del Condado
(Huelva) permaneció en paradero desconocido durante ocho días tras ser raptada
presuntamente por Jonathan Moya. Su cadáver fue encontrado el 28 de diciembre
en el interior de una balsa de riego ubicada junto a una vía de servicio de la
autovía A-92 y a una distancia de apenas unos 500 metros del cortijo familiar
donde fue arrestado el principal implicado en los hechos.
La madre de la bebé interpuso en el municipio de Gérgal la
denuncia por el presunto secuestro a las 20,00 horas del 20 de diciembre. En
esta, relató a los agentes que su pareja sentimental, a la que señaló como
Jonathan Moya, se había llevado "todas sus pertenencias" y a su hija
de 16 meses tras mantener una "fuerte" discusión en el interior del
vehículo en el que viajaban desde Guadix (Granada). El Juzgado de Instrucción
número 2 de Almería mantiene el secreto de las actuaciones.