ROCK IN RIO MADRID
ARGANDA DEL REY (MADRID).- Hasta el final, su nombre estuvo en el aire. Y nunca mejor dicho. Aterrizó en Madrid a las 20.00 horas y a las 21.00 empezaba su concierto en Arganda del Rey. Con todo, Amy Winehouse dio la talla. No fue generosa, nada de bises ni de saludos al público, pero cubrió las expectativas. Muchos se conformaban con el hecho de que hubiera salido al escenario, con verla de cerca.Enfundada en un mini vestido, con su peculiar y abultado peinado, su característica raya sobre los ojos y ese aspecto frágil, la niña mala del soul salió con ganas. No estaba en su mejor momento –tampoco en el peor-, pero aguantó algo más de diez canciones sobre el escenario, copa de vino tinto mediante.Arrancó con ‘Addicted’ y ‘Just friend’. Encandiló, más que nada porque estaba allí, en vivo y en directo. Pero hubo canciones en las que su voz más que oírse se intuía. El público no paró de arroparla, pese a que la gran diva no hizo ni un guiño a sus incondicionales. De principio a fin, hubo ganas de disfrutar, con un lleno hasta la bandera.Con ‘Tears run dry’, el personal empezó a animarse. "¡AAAmyyyy, AAAmyyyyy!". Las cámaras se multiplicaban para inmortalizarla y ella, espontánea de naturaleza, se quitaba los taconazos para calzarse unas bailarinas. Después vendrían ‘Love is a losing game’, ‘Hey little rich girl’ y ‘You’re wondering now’; en todas las canciones sus dos coristas y bailarines supieron cómo cubrirla en sus carencias.Con sólo dos discos en el mercado, ‘Frank’ y ‘Back to Black’, y cinco premios Grammy a la espalda –entre una larga lista-, Amy Winehouse se ha situado ya entre los grandes nombres de la música. A sus 24 años, ya ha conocido la gloria; que haya sabido digerirla es otra cuestión.Para muchos, la imagen más reciente de Amy llegaba de Rock in Rio Lisboa, donde las adicciones le impidieron dar mínimamante la talla. Madrid ha sido otra historia, pero está claro que podría haber lucido más sobre el escenario. Estuvo una hora de reloj que se pasó volando. Y con ‘Rehab’ se llevó la mayor ovación. Casi un éxtasis colectivo.La de Amy ha sido una carrera meteórica. Con 13 años le regalaron su primera guitarra y con 16 despegaba su carrera. Mucho éxito y demasiada juventud. Los últimos tiempos de la artista nacida en el norte de Londres han sido un sobresalto tras otro. Su relación con el crack, un marido encarcelado y un carácter demasiado fuerte han hecho un flaco favor a su carrera.La Winehouse llegó a
No hay comentarios:
Publicar un comentario