domingo, 2 de noviembre de 2008

La lluvia no consiguió paliar los problemas con el agua

Críticas al Ayuntamiento por la suciedad del camposanto en el Día de los Santos. La crisis también llega a los floristas
La época de vacas flacas también ha llegado a los cementerios. Aunque el trasiego de personas ayer fue constante desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, los puestos de flores que se apilaban en la puerta de entrada estuvieron más desiertos que nunca.

"Otros años al mediodía hemos tenido que ir a los almacenes para traer más flores. Sin embargo este año, tenemos los cubos llenos y no creo que se vaya a vender todo" manifestó una de las vendedoras ambulantes de la floristería Morales, quien además explicó que la gente no escatima en dinero, sino en la cantidad. "Yo siempre compro rosas aunque se que son caras, pero si no puedo comprar una docena cojo solo media", indicó José, mientras se dirigía a la tumba de su mujer.

Cada uno tiene que adecuar las comprar a lo que sus bolsillos le permiten. Y es que las flores no son el único gasto que supone visitar el cementerio el Día de Todos los Santos.

Si por casualidad te toca un nicho que está en las alturas y resulta que cuando vas a limpiar todas las escaleras públicas están ocupadas, el único remedio que existe es alquilar unas escaleras a cambio de la voluntad. Decenas de niños recorrieron ayer kilómetros y kilómetros en busca de ancianos a los que dar pena.

"Sólo queremos sacarnos un dinerillo, y si al mismo tiempo ayudamos a las personas que no pueden, pues mejor que mejor", explicaron Vero y Mari, quienes además aseguraron que en un sólo día y con esta actividad se sacaron el año pasado más de cien euros. Prestan una escalera, esperan a que a la gente se le ablande el corazón y esperan hasta que sacan el monedero y extienden algunos céntimos.

Pero lo más significativo del día fueron las críticas al mantenimiento y servicios del cementerio. "No hay suficiente agua, todo está muy sucio, hay nichos en los que se pueden ver los restos cadavéricos o debería haber un servicio de limpieza rápido en días como estos", son algunas de las quejas más habituales. No obstante, otros personajes que acapararon gran cantidad de abucheos fueron los gorrillas, que aprovecharon la coyuntura para hacer el agosto en los alrededores del camposanto de la capital.

La escombrera sigue su curso, flores, féretros, sudarios, ropas de difuntos y restos cadavéricos se apilan en un solar que el Ayuntamiento cerró a cal y canto para que nadie viera el contenido del interior. Todo ello a pesar de estar prohibido por ley no destruir los residuos y tirarlos al aire libre.

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