sábado, 14 de enero de 2012
Laura Ponte y Mario Conde han roto definitivamente
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Año nuevo, vida nueva. La modelo Laura Ponte y el hijo de Mario Conde no pasaron este año las navidades juntos porque ya habían dejado de ser pareja. Las amistades más íntimas y los familiares más cercanos lo sabían por boca de los interesados, pero nadie más.
El resto de conocidos se fueron enterando poco a poco, cuando Laura y Mario dejaron de acudir a las reuniones, cenas y fiestas privadas y les preguntaban a cada uno por el otro.
A veces la respuesta fue de lo más significativa: “Lo que no puede ser no puede ser”, sin aclarar nada más. El caso es que dos años y medio no han sido suficientes para que la pareja se consolidara. Empezaron a salir en octubre de 2009, aunque en aquel momento la modelo aseguró que solo eran amigos. Como suele suceder, el rumor se convirtió en la antesala de la noticia, hasta que unas fotos de ambos besándose en la calle confirmaron lo que era una realidad.
Después Mario apareció con los hijos de su novia en un parque, Laura con sus niños en el cumpleaños de los sobrinos del novio y en actividades familiares varias que hacían pensar que lo suyo era para toda la vida. Sin embargo, esta Navidad el idílico romance ha llegado a su fin. Ponte pasó la Nochebuena y Navidad con su ex marido Beltrán Gómez Acebo en casa de la infanta Pilar, a pesar de que a ella no le tocaban los hijos en esas fechas. En años anteriores, la Nochebuena la pasó junto a Mario Conde y en Nochevieja se sumaban los niños de ella.
Este año el cambio fue radical y decidió pasar el 31 también con su ex y con los hijos de ambos en una finca de Valdemorillo. Pero Beltrán tiene pareja. LLeva dos años y medio saliendo con Andrea Pascual, una chica inteligente, profesional y muy atractiva que dirige el departamento de comunicación de la agencia Concep2all, cuya dueña es Fiona Ferrer. Precisamente se conocieron en su boda y desde ese día han mantenido una relación muy discreta porque huye de la popularidad ajena a su trabajo.
En la fiesta de Nochevieja era ella la que ejercía de anfitriona y no tuvo inconveniente en acoger a Laura y a sus hijos por una cuestión de solidaridad navideña. Según algunos invitados, la modelo estaba muy agradecida y así se lo hacía saber constantemente a Andrea. A otros amigos en cambio les pareció un tanto exageradas las muestras de gratitud y sobre todo la frase: “¿pero seguro que no molesto?”.
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