lunes, 27 de febrero de 2012

La pija se reinventa

LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin.-Victoria Beckham no se conforma con ser una famosa en revistas como Grazia, Ok! Now, Heat, o Hello! La antigua Spice Girl, que en una ocasión reconoció no haber leído jamás un libro, concede estos días entrevistas al Financial Times, al Daily Telegraph y al Guardian. A los 37 años, se ha reinventado como diseñadora afamada. En la semana de la moda de Nueva York, acaba de presentar su última colección otoño-invierno, y la crítica especializada, que la recibió de uñas antes de su debut, se ha deshecho en alabanzas. «Lujosa, sutil, diversa». «La nueva colección, con algunas influencias personales, ha sido otro éxito». «Es su show más poderoso hasta la fecha». En los salones de la Biblioteca Pública neoyorquina, sentado en primera fila, junto a la editora de Vogue América, la célebre (y temida) Anna Wintour, estaba su marido, David, con Harper, la hija de ambos, en brazos. En este matrimonio, que siempre ha funcionado en equipo, la estrella ese día era ella. «Es la primera vez que David ha venido a uno de mis desfiles. Creo que se ha dado cuenta de que tengo un trabajo, porque me parece que hasta ahora no sabía muy bien lo que estaba haciendo», comentó Victoria, con ironía, una vez terminado el show. Cuando en el 2008 se supo que Victoria Beckham iba a presentar su primera colección, nadie la tomó en serio. Por aquel entonces, después de haber fracasado como cantante en solitario, la inglesa era una famosa sin oficio. Afincada en Los Ángeles, adonde había llegado siguiendo una vez más la carrera futbolística de David, su porvenir profesional, después de una breve gira de reencuentro con las Spice Girls, había entrado en punto muerto. La moda siempre le había tentado, como a muchas otras famosas. Rostro asiduo en los desfiles de los grandes de la pasarela, había llegado incluso a participar en alguno de ellos como modelo, suscitando chascarrillos y burlas. Hoy, sin embargo, ya nadie ríe. Desde su primer show en Nueva York hace tres años, la marca Victoria Beckham ha conseguido el aplauso de la crítica y el triunfo comercial. A pesar de la crisis, la firma ha ido creciendo un 120% cada año. Sus vestidos se venden en 107 establecimientos alrededor del mundo y el próximo año se podrán adquirir también por internet. Con dos marcas en el mercado, una de lujo y otra a precios más asequibles, que oscilan entre los 370 y los 900 euros, los nuevos proyectos pasan por la apertura de una cadena internacional de tiendas propia. Sin ninguna formación «Me quise dedicar a la moda para que las mujeres se sientan bien consigo mismas», afirma Beckham, que no posee ningún tipo de formación como estilista o diseñadora. ¿Todo su trabajo consistiría entonces, como algunos maledicentes sospechan, en añadir su nombre e imagen a las creaciones de un equipo de auténticos profesionales? Victoria, según ha explicado, decide y supervisa personalmente cada etapa de unos diseños en los que ella misma es referencia y modelo. Lo que le queda bien y le gusta, se hace. Lo que no le va, queda descartado. «Yo no sigo modas, solo mis propios instintos. Pienso: '¿Qué es lo que yo llevaría? ¿Qué me apetece para la próxima temporada?'». «Tiene muy buen ojo y toma las decisiones muy rápidamente», asegura alguien que la visto trabajar. El estilo de sus vestidos es clásico, sobrio y posiblemente un poco ñoño, pero ha seducido a unas cuantas famosas, como Eva Longoria, Kate Winslet, Demi Moore y Jennifer Hudson. Son prendas consideradas elegantes y fáciles de llevar, que no derrochan imaginación. Victoria Beckham no pretende plasmar en sus creaciones ninguna vena artística desbordante, a lo Galliano o lo Gaultier. Pero con sus cortes modositos y calculados se está haciendo con un apetitoso bocado del mercado, en un momento en el que muchos en la industria de la moda luchan contra los números rojos. La rápida expansión de los negocios está complicando más la vida de los Beckham. En Navidad aún dudaban si dejarían Los Ángeles, donde siempre se han sentido muy a gusto, para instalarse en Francia. David había recibido una sustanciosa oferta del París Saint-Germain, que finalmente rechazó. A sus tres chicos no les apetecía nada dejar colegios y amigos, y el futbolista se ha quedado en Los Ángeles Galaxy. El matrimonio posee una fortuna estimada en 165 millones de libras (200 millones de euros), de acuerdo con la lista de los más ricos publicada el pasado año por The Sunday Times. También son la quinta pareja más acaudalada de Hollywood, según la revista Forbes. Victoria trabaja desde California, con los equipos de su firma, que están en Londres y en Nueva York. Siguiendo una rigurosa agenda, suele viajar a ambas ciudades al menos un par de veces al mes y, vaya donde vaya, se lleva a la pequeña Harper con ella. «Me gusta controlarlo todo. Nada sale del estudio sin que apruebe cada paso», ha declarado. También bolsos Victoria reconoce que después de cada desfile lee con mucha atención los comentarios de la prensa especializada. «Me siento con mi equipo, esperando a que lleguen las críticas. No me creo a los que dicen que no les importan. Por supuesto que les importan», explica. El pasado año, la industria la reconoció como uno de los suyos, concediéndole el Premio de la Moda Británica (2011 British Fashion Awards), que ganó venciendo a firmas consolidadas como Tom Ford y Burberry. En esta quinta temporada acaba de presentar por primera vez una línea de bolsos. Y mientras la carrera de David entra en declive, la de Victoria sube imparable.

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