El almeriense y su ciudad se han fundido en un
concierto único, de la gira ‘Una Noche en el Teatro Real’, en una Plaza Vieja
abarrotada, entregada, emocionada y completamente identificada
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Almería y
David Bisbal son la misma cosa. El aserto ha quedado plenamente demostrado con
el concierto que esta noche el almeriense ha ofrecido en ‘su’ Plaza Vieja,
abarrotada y absolutamente entregada a su figura, a su adalid musical del siglo
XXI. El David Bisbal más íntimo, más cercano, más melódico se ha visto en un
concierto enmarcado en la gira ‘Una Noche en el Teatro Real’, en la que combina
temas propios con otros de los compositores que han marcado la vena más
romántica de su arte, con alguna incursión en su inevitable ritmo y marcha.
Bisbal ha sido más almeriense
que nunca, hasta el punto de emocionarse ya en la introducción del concierto. En
constante diálogo con el público, presentando todas y cada una de sus
canciones, el almeriense ha culminado varias de ellas con alusiones a “mi
tierra, mi casa, mi familia”, en referencia a un público, ‘el suyo’, que no
olvida jamás sus orígenes.
Tras iniciar el recital con
la ‘Almería, tierra mora y cristiana’, homenaje a su tierra, junto a su
guitarrista de cabecera, Juan Sánchez, culminada con un sentido ‘Cómo te quiero
Almería’ y rubricado, ya en prosa, con una frase que marcaría el desarrollo del
concierto: “estoy emocionado de estar con mi gente, mi casa y mi familia, en un
lugar emblemático como éste. Aquí nació mi padre”, ha dicho con la voz
entrecortada, para dar gracias acto seguido al Ayuntamiento de Almería por este
concierto.
Su tema ‘El Ruido’ ha servido
para comenzar una mezcla entre temas propios y repaso a las últimas seis
décadas del panorama musical en habla hispana. Un repaso íntimo y melódico,
romántico y sentido, plasmado en los 23 temas que ha puesto Bisbal sobre el
escenario esta noche, tres de ellos en el bis que ha cerrado la velada.
Por el escenario, adornado
por cuatro elegantes candelabros, iluminado con elegantes y espectaculares
tonos que iban del dorado al ocre y del ocre al granate, han pasado a través de
sus canciones la mexicana Susana Grever con su ‘Muñequita linda’ (años 50),
Alberto Cortez con ‘En un rincón del alma’ (años 60), Armando Manzanero con
‘Adoro’ y Serrat con la genial ‘Lucía’ (años 70), el grupo Alameda con ‘Luna’
(años 80) y, por supuesto, su gran amigo Alejandro Sanz, entre otra con ‘Y si
fuera ella’.
Bisbal no ha ahorrado en
reconocimientos y homenajes a sus músicos, Julio Moltalvo en la percusión y
trombón, Juan Sánchez “el niño del chérigan de atún” con la guitarra española,
Jordi Portal con el bajo y el contrabajo, David Simón en la batería, Juan
Carlos Simón con la guitarra y Pedro Hoyuelos al piano y teclados.
Bisbal ha emocionado con los
grandes de la música romántica, pero también con sus propios temas. No han
faltado ‘Lloraré las penas’, ‘Tu Ausencia’, ‘Como la primera vez’, ‘24 horas’,
‘Cómo olvidar’, ‘Ave María’, ‘Al Andalus’, ‘Silencio’ y, para cerrar la velada
en un mágico y espectacular bis, ‘Ella’ de Alejandro Sanz, ‘Mi Princesa’ y
‘Esclavo de tus besos’.
Bisbal ha emocionado, ha
hecho saltar y gritar y ha sembrado su concierto de gestos hacia su tierra y su
casa. Ha besado una bandera de Almería,
ha repartido agradecimientos, se ha golpeado el pecho una y mil veces y ha
vuelto a ser el embajador que Almería necesita. Un embajador de pasión, de
embrujo, de arte y de tronío. Un almeriense; el almeriense.
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