LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-La imputación de Menchu Álvarez del
Valle por un delito de insolvencia punible tras apreciarse indicio de
alzamiento de bienes por la Fiscalía de Asturias ha sido recibida como un
jarro de agua fría en la familia Ortiz. La presunta deuda de más de 22.000
euros contraída por Henar Ortiz con Sandra Ruiz, la proveedora de una de las
tiendas de decoración de las que fue titular la tía de la princesa, ha vuelto a
poner a los familiares de doña Letizia en el punto de mira.
Además de la acusación de Menchu Álvarez, que
ha declarado este viernes en el juzgado de Cangas de Onís, este delito también
ha salpicado a la propia Henar Ortiz y al padre de la princesa, Jesús Ortiz,
que, tal y como ha indicado a El Confidencial, se encuentra desbordado
ante las últimas informaciones que se han publicado sobre su familia. “Estamos
absolutamente indignados por la cantidad de falsedades que se están
vertiendo”, indicó a este medio, después de que su madre declarase ante el
juez.
Tanto él como su hermana también deberán
sentarse en el banquillo como imputados, ya que supuestamente quisieron
preservar la casa de Sardéu (Ribadesella) del embargo. De hecho, fue el
Ministerio Fiscal quien pidió que se les incluyera por su posible
implicación en la conservación de la propiedad a través de maniobras de
dudosa legalidad. Mientras que el padre de doña Letizia deberá hacerlo en
Pozuelo de Alarcón (Madrid), la tía de la princesa lo hará en Oviedo, aunque se
desconoce la fecha en la que se celebrarán estas citas judiciales.
Las tiendas de Henar Ortiz
Las supuestas deudas con Sandra Ruiz se
remontan al año 2000, cuando Henar Ortiz abrió su tienda Arte y Decoración
Henar en Cangas de Onís. Cuatro años después, y tras celebrarse la boda de los
príncipes de Asturias, Henar cerró este negoció y abrió Henar Ortiz
Decoración, un local similar al anterior pero en el centro de Oviedo, que
también tuvo que clausurar en 2008.
La demandante reclama se subsane la deuda
contraída por la tía de la princesa, estimada en unos 22.000 euros. Al
declararse esta insolvente, entiende que, tras la muerte de su padre, la parte
de la herencia que le corresponde como hija debería servir para cubrir esa
deuda. De ahí que la casa de Sardéu esté en el punto de mira.
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