lunes, 18 de marzo de 2013

El Papa en su primer ángelus: "Dios jamás se cansa de perdonar a los hombres"


  
El Pontífice ha sido ovacionado por miles de fieles en la Plaza de San Pedro
LAEDICION.NET.-Decenas de miles de personas han acogido al papa Francisco con un interminable aplauso cuando ha salido a la venta de su apartamento que da a la plaza de san Pedro para el rezo del ángelus, el primero de su pontificado.
El papa Francisco dijo este domingo en su primer ángelus que Dios "jamás se cansa" de perdonar a los hombres y que si Dios no perdonara, el mundo "no existiría". 

Asomado a la ventana de su apartamento, el pontífice agregó que son los hombres los que se cansan de pedir el perdón a Dios. 

Ante decenas de miles de personas, que abarrotaban la plaza de San Pedro, el papa Berglio subrayó la misericordia de Dios, destacó la "paciencia" de Dios con los hombres y afirmó que "un poco de misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo". 

Jorge Mario Bergoglio contó a los fieles que ha elegido el nombre de Francisco en honor de Francisco de Asís, el patrón de Italia, lo que refuerza sus relaciones con este país, ya que su familia procede del norte de Italia. 

Decenas de miles de personas acogieron al papa Francisco con un interminable aplauso cuando se asomó a la ventana, bajo la cual colgaba un dosel, a la espera de que el papa Bergoglio elija el escudo de su pontificado. 

Los presentes, entre ellos miles de niños, ondean banderas de numerosos países, algunas argentinas, su país de origen, y de otras naciones latinoamericanas, así como del Vaticano.

Los presentes, entre ellos miles de niños, ondean banderas de numerosos países, algunas argentinas, su país de origen, y de otras naciones latinoamericanas, así como del Vaticano. 

Desde primeras horas de la mañana, la plaza de San Pedro se ha ido llenando de fieles, muchos de los cuales se acercaron hasta la cercana iglesia de Santa Ana, donde Francisco ofició hoy una misa. 

Al final de la misma, el papa saludó a los varios cientos de personas que asistieron al oficio religioso y después salió a la calle para responder al calor de los cientos de personas congregadas en la calle. 

Desde que Benedicto XVI renunció al papado, el pasado 28 de febrero, no se celebra un ángelus en la plaza de San Pedro. Han sido dos domingos sin rezo dominical del papa, al estar la Iglesia en Sede Vacante. 
Antes, el papa Francisco ofició en la parroquia de Santa Ana una misa en la que destacó que el gran mensaje de Dios es la misericordia y que Jesús no ha venido al mundo por los justos, sino por los pecadores. 

"También nosotros somos como ese pueblo que de una parte nos gustar escuchar a Jesús, pero a otra parte nos gustar criticar a los otros, condenar a los otros. El mensaje de Jesús es la misericordia", dijo Francisco en la misa que oficia en la parroquia de Santa Ana, en el Vaticano, antes de que desde la plaza de san Pedro rece el ángelus, el primero del pontificado. 

El papa Bergoglio agregó: "lo digo humildemente, el mensaje más fuerte del Señor es la misericordia". 

El obispo de Roma recordó que Jesús vino a este mundo "no por los justos, ya que se justifican por ellos mismos, sino por los pecadores". 

Se refirió a la parábola del fariseo ante el altar, cuando agradecía no ser como los otros, como el publicano y dijo que si somos así "no conocemos el corazón del Señor, y jamás tendremos la alegría de conocer esa misericordia". 

"No es fácil abandonarse a la misericordia de Dios porque es una infinidad incomprensible, pero debemos hacerlo. El Señor tiene una gran capacidad para olvidar, para perdonar. No se cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidámosle perdón. El no se cansa de perdonar", manifestó. 

Durante la misa se pidió por el nuevo papa y por la Iglesia. 

Concluida la ceremonia, Francisco presentó a los fieles a un sacerdote de Uruguay, Gonzalo, presidente del Liceo Jubilar Juan Pablo II, que trabaja en la recuperación de niños de la calle y su integración en la sociedad y en el mundo del trabajo. 

A su llegada a la pequeña iglesia del Vaticano y a la salida Francisco saludó a las personas que asistieron a la misa, estrechó manos, los besó, acarició y besó a niños. Para todos tuvo unas palabras de aliento y les pidió que recen por él. Todo en un ambiente de extrema cordialidad. 

El papa concelebró con los cardenales el italiano Angelo Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro y Prosper Grech, el purpurado octogenario maltés que pronunció la última meditación en el cónclave donde fue elegido. 

Antes de entrar en la iglesia, se asomó a la calle, que está a pocos metros de la columnata de la plaza de San Pedro y saludó a la gente que se encontraba en el lugar. 

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