El Pontífice ha sido ovacionado por miles de fieles en la
Plaza de San Pedro
LAEDICION.NET.-Decenas
de miles de personas han acogido al papa Francisco con un interminable aplauso
cuando ha salido a la venta de su apartamento que da a la plaza de san Pedro
para el rezo del ángelus, el primero de su pontificado.
El papa Francisco dijo este domingo en su primer ángelus que
Dios "jamás se cansa" de perdonar a los hombres y que si Dios no
perdonara, el mundo "no existiría".
Asomado a la ventana de su apartamento, el pontífice agregó
que son los hombres los que se cansan de pedir el perdón a Dios.
Ante decenas de miles de personas, que abarrotaban la plaza
de San Pedro, el papa Berglio subrayó la misericordia de Dios, destacó la
"paciencia" de Dios con los hombres y afirmó que "un poco de
misericordia cambia el mundo, lo hace menos frío y más justo".
Jorge Mario Bergoglio contó a los fieles que ha elegido el
nombre de Francisco en honor de Francisco de Asís, el patrón de Italia, lo que
refuerza sus relaciones con este país, ya que su familia procede del norte de
Italia.
Decenas de miles de personas acogieron al papa Francisco con
un interminable aplauso cuando se asomó a la ventana, bajo la cual colgaba un
dosel, a la espera de que el papa Bergoglio elija el escudo de su
pontificado.
Los presentes, entre ellos miles de niños, ondean banderas
de numerosos países, algunas argentinas, su país de origen, y de otras naciones
latinoamericanas, así como del Vaticano.
Los presentes, entre ellos miles de niños, ondean banderas
de numerosos países, algunas argentinas, su país de origen, y de otras naciones
latinoamericanas, así como del Vaticano.
Desde primeras horas de la mañana, la plaza de San Pedro se
ha ido llenando de fieles, muchos de los cuales se acercaron hasta la cercana
iglesia de Santa Ana, donde Francisco ofició hoy una misa.
Al final de la misma, el papa saludó a los varios cientos de
personas que asistieron al oficio religioso y después salió a la calle para
responder al calor de los cientos de personas congregadas en la calle.
Desde que Benedicto XVI
renunció al papado, el pasado 28 de febrero, no se celebra un ángelus en la
plaza de San Pedro. Han sido dos domingos sin rezo dominical del papa, al estar
la Iglesia en Sede Vacante.
Antes, el papa Francisco ofició en la parroquia de
Santa Ana una misa en la que destacó que el gran mensaje de Dios es la
misericordia y que Jesús no ha venido al mundo por los justos, sino por los
pecadores.
"También nosotros somos como ese pueblo que de una
parte nos gustar escuchar a Jesús, pero a otra parte nos gustar criticar a los
otros, condenar a los otros. El mensaje de Jesús es la misericordia", dijo
Francisco en la misa que oficia en la parroquia de Santa Ana, en el Vaticano,
antes de que desde la plaza de san Pedro rece el ángelus, el primero del
pontificado.
El papa Bergoglio agregó: "lo digo humildemente, el
mensaje más fuerte del Señor es la misericordia".
El obispo de Roma recordó que Jesús vino a este mundo
"no por los justos, ya que se justifican por ellos mismos, sino por los
pecadores".
Se refirió a la parábola del fariseo ante el altar, cuando
agradecía no ser como los otros, como el publicano y dijo que si somos así
"no conocemos el corazón del Señor, y jamás tendremos la alegría de
conocer esa misericordia".
"No es fácil abandonarse a la misericordia de Dios
porque es una infinidad incomprensible, pero debemos hacerlo. El Señor tiene
una gran capacidad para olvidar, para perdonar. No se cansa de perdonar, somos
nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón. Pidámosle perdón. El no se
cansa de perdonar", manifestó.
Durante la misa se pidió por el nuevo papa y por la
Iglesia.
Concluida la ceremonia, Francisco presentó a los fieles a un
sacerdote de Uruguay, Gonzalo, presidente del Liceo Jubilar Juan Pablo II, que
trabaja en la recuperación de niños de la calle y su integración en la sociedad
y en el mundo del trabajo.
A su llegada a la pequeña iglesia del Vaticano y a la salida
Francisco saludó a las personas que asistieron a la misa, estrechó manos, los
besó, acarició y besó a niños. Para todos tuvo unas palabras de aliento y les
pidió que recen por él. Todo en un ambiente de extrema cordialidad.
El papa concelebró con los cardenales el italiano Angelo
Comastri, arcipreste de la basílica de San Pedro y Prosper Grech, el purpurado
octogenario maltés que pronunció la última meditación en el cónclave donde fue
elegido.
Antes de entrar en la iglesia, se asomó a la calle, que está
a pocos metros de la columnata de la plaza de San Pedro y saludó a la gente que
se encontraba en el lugar.
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