Juan Megino
Todavía convulsionado, como cualquier ciudadano, con la
noticia de que en España hemos llegado ya a la cifra de 6.200.000 parados, de
ellos más de millón y medio en Andalucía, lo que supone que en casi 2 millones
de familias, todos los miembros de las mismas, se encuentran desempleados y sin
recibir ningún tipo de ayudas, nos enfrentamos a la realidad de comentar la
actualidad política, fuera de los parámetros económicos.
La semana en Almería no ha sido especialmente tranquila, teniendo especial relieve las noticias provenientes de los Tribunales de Justicia, con implicación de personalidades de la política o próximos a ella, todo ello en línea de lo que sucede en el resto de España, en donde, actualmente, hay abiertos casi 1.700 procedimientos judiciales por temas de corrupción política, siendo la Comunidad Andaluza la primera en número de casos de distinta magnitud. En esto, desgraciadamente, Andalucía si es la primera, para mayor vergüenza de todos.
Sin embargo, entre tantas noticias, quizás haya pasado desapercibida una información política, que, además, ha merecido pocos comentarios, y que, en mi opinión, no deja de tener bastante relevancia.
Me refiero al anuncio avanzado por el Sr. Zoido, actual Presidente del PP de Andalucía y Alcalde de Sevilla, en la cadena SER y ante su propio Comité Ejecutivo, de que lo más probable es que no sea candidato por su Partido en las próximas elecciones andaluzas previstas, en principio para el 2016, y todo ello, como consecuencia de que su gran vocación política está en seguir siendo Alcalde de Sevilla, meta, sin ninguna duda, de gran nivel.
Tras las últimas elecciones andaluzas, el Sr. Arenas, entonces Presidente del PP y ganador de las mismas, aunque sin mayoría absoluta, lo que le impidió acceder al Gobierno de la Junta que era su gran ambición política, tras varias intentonas sin poder lograrlo, como consecuencia del legítimo pacto de PSOE e IU, decidió dar un paso atrás, abandonando la punta de lanza de la política de su Partido en Andalucía y regresar a Madrid, asumiendo otro tipo de responsabilidades pero siempre muy próximo al poder.
Siempre he creído, que el proceso sucesorio y el tránsito tan rápido, en la elección de un nuevo Presidente del PP en Andalucía, aceptado, además, a regañadientes por bastantes dirigentes del PP andaluz, fue como el cierre en falso de una herida que, antes o después, acabará abriéndose y que, desde mi punto de vista, puede empezar a abrirse ya.
Dicen en la cúpula del PP que esta noticia, de ser efectiva, no constituirá ningún problema, teniendo en cuenta, primero, que aún no toca nominar al candidato a la Junta, y segundo, porque llegado el caso, el Partido Popular
de Andalucía, tiene un amplísimo abanico de potenciales candidatos que darían suficiente juego llegado el momento.
Yo creo que ambas posiciones son bastante erróneas.
Las elecciones próximas serán en el 2016 o antes si, estratégicamente, el Sr. Griñán, considera oportuno adelantarlas, y hay que recordar que esta potestad del Presidente andaluz, ya le dio en las últimas elecciones, un importante rédito político, aunque al final no las ganara, lo que puede pillar “con el pié cambiado” al PP andaluz, que, en cualquiera de los casos, ya tendrá bastante complicado, no solo ganar las elecciones por mayoría absoluta,
sino repetir los últimos resultados, dado el enorme peso específico del Sr. Arenas y su gran trabajo a lo largo de muchos años en Andalucía y que, sin embargo, no le sirvió para gobernar.
No dudo de que el PP pueda tener un amplio “banquillo” de buenos candidatos, pero si la dirección tiene la decisión de no nombrar al elegido hasta después de las elecciones municipales del 2015, me temo que no van a tener tiempo suficiente para proyectar en la opinión pública andaluza a un candidato nuevo, teniendo en cuenta las dimensiones y la población de una Comunidad tan compleja como Andalucía, con un mínimo de posibilidades de ganar al Partido Socialista, después de más de 35 años de hegemonía, y esto no es un tema baladí, no solo para el PP sino también para sus miles de votantes andaluces.
Ahí están los pobres datos de conocimiento que los andaluces tienen todavía, a estas alturas, del Sr. Zoido, fuera de su demarcación de Sevilla.
Yo creo que la herida que supuso para el Partido Popular no gobernar en Andalucía, pese a ganar las elecciones, no se cerró adecuadamente, pero todavía estaría en condiciones de resolverse este problema, siempre y cuando empiecen a cambiar los planteamientos y los planes anunciados hasta ahora.
La semana en Almería no ha sido especialmente tranquila, teniendo especial relieve las noticias provenientes de los Tribunales de Justicia, con implicación de personalidades de la política o próximos a ella, todo ello en línea de lo que sucede en el resto de España, en donde, actualmente, hay abiertos casi 1.700 procedimientos judiciales por temas de corrupción política, siendo la Comunidad Andaluza la primera en número de casos de distinta magnitud. En esto, desgraciadamente, Andalucía si es la primera, para mayor vergüenza de todos.
Sin embargo, entre tantas noticias, quizás haya pasado desapercibida una información política, que, además, ha merecido pocos comentarios, y que, en mi opinión, no deja de tener bastante relevancia.
Me refiero al anuncio avanzado por el Sr. Zoido, actual Presidente del PP de Andalucía y Alcalde de Sevilla, en la cadena SER y ante su propio Comité Ejecutivo, de que lo más probable es que no sea candidato por su Partido en las próximas elecciones andaluzas previstas, en principio para el 2016, y todo ello, como consecuencia de que su gran vocación política está en seguir siendo Alcalde de Sevilla, meta, sin ninguna duda, de gran nivel.
Tras las últimas elecciones andaluzas, el Sr. Arenas, entonces Presidente del PP y ganador de las mismas, aunque sin mayoría absoluta, lo que le impidió acceder al Gobierno de la Junta que era su gran ambición política, tras varias intentonas sin poder lograrlo, como consecuencia del legítimo pacto de PSOE e IU, decidió dar un paso atrás, abandonando la punta de lanza de la política de su Partido en Andalucía y regresar a Madrid, asumiendo otro tipo de responsabilidades pero siempre muy próximo al poder.
Siempre he creído, que el proceso sucesorio y el tránsito tan rápido, en la elección de un nuevo Presidente del PP en Andalucía, aceptado, además, a regañadientes por bastantes dirigentes del PP andaluz, fue como el cierre en falso de una herida que, antes o después, acabará abriéndose y que, desde mi punto de vista, puede empezar a abrirse ya.
Dicen en la cúpula del PP que esta noticia, de ser efectiva, no constituirá ningún problema, teniendo en cuenta, primero, que aún no toca nominar al candidato a la Junta, y segundo, porque llegado el caso, el Partido Popular
de Andalucía, tiene un amplísimo abanico de potenciales candidatos que darían suficiente juego llegado el momento.
Yo creo que ambas posiciones son bastante erróneas.
Las elecciones próximas serán en el 2016 o antes si, estratégicamente, el Sr. Griñán, considera oportuno adelantarlas, y hay que recordar que esta potestad del Presidente andaluz, ya le dio en las últimas elecciones, un importante rédito político, aunque al final no las ganara, lo que puede pillar “con el pié cambiado” al PP andaluz, que, en cualquiera de los casos, ya tendrá bastante complicado, no solo ganar las elecciones por mayoría absoluta,
sino repetir los últimos resultados, dado el enorme peso específico del Sr. Arenas y su gran trabajo a lo largo de muchos años en Andalucía y que, sin embargo, no le sirvió para gobernar.
No dudo de que el PP pueda tener un amplio “banquillo” de buenos candidatos, pero si la dirección tiene la decisión de no nombrar al elegido hasta después de las elecciones municipales del 2015, me temo que no van a tener tiempo suficiente para proyectar en la opinión pública andaluza a un candidato nuevo, teniendo en cuenta las dimensiones y la población de una Comunidad tan compleja como Andalucía, con un mínimo de posibilidades de ganar al Partido Socialista, después de más de 35 años de hegemonía, y esto no es un tema baladí, no solo para el PP sino también para sus miles de votantes andaluces.
Ahí están los pobres datos de conocimiento que los andaluces tienen todavía, a estas alturas, del Sr. Zoido, fuera de su demarcación de Sevilla.
Yo creo que la herida que supuso para el Partido Popular no gobernar en Andalucía, pese a ganar las elecciones, no se cerró adecuadamente, pero todavía estaría en condiciones de resolverse este problema, siempre y cuando empiecen a cambiar los planteamientos y los planes anunciados hasta ahora.
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