jueves, 18 de abril de 2013

Hallan muestras desconocidas de ADN en la ropa del bebé de Almería



LAEDICION.NET.-Una de las tesis de la investigación es que el rapto tenía el fin de vender la niña a su padre biológico La instrucción del caso del secuestro y posterior asesinato de la pequeña Miriam¡, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado 28 de diciembre en una balsa de Abrucena, aún no ha escrito su última palabra. Así se desprende de un informe del Instituto de Toxicología de Sevilla, donde se remitieron las muestras encontradas en el cuerpo y la ropa de la niña y que han revelado que en ellas se encontraron muestras de ADN distintas a las del hasta el momento único inculpado por su muerte, Jonathan Moya y quien fue detenido como su cómplice, Raúl Ríos, en prisión desde hace casi cuatro meses por estos hechos.

José Ramón Cantalejo, letrado que ejerce la defensa de Jonathan Moya, ya había adelantado a este periódico el pasado 22 de marzo que a Jonathan se le hicieron tres pruebas de ADN ya que "encontraron más que las suyas", así como la versión del mismo en la que insistía en que él no había sido el autor de la muerte de la pequeña, algo que ratificó la semana pasada ante el juez.

Se abre así en plena instrucción, nuevas líneas de investigación en un caso que parecía cerrado. La irrupción como imputada de una tía de Jonathan, así como la confirmación de que hay más restos en el cuerpo de la niña de los que hasta ahora se habían dado como ciertos, son dos de ellas. Lo que parecen confirmar los análisis es que, además del ADN de Jonathan se han encontrado restos biológicos de otra persona que no es su cómplice.

Ayudaría a esclarecer la identidad de esta persona, la conclusión de los análisis llevados a cabo en el coche de Jonathan, del que se extrajeron varias muestras (colillas de cigarrillos).

Asimismo, según ha podido confirmar D.M de fuentes cercanas a los hechos, otra de las incógnitas que todavía permanecen abiertas son los motivos que llevaron al presunto secuestro de la pequeña es la intención de vender a la pequeña Miriam a su padre biológico. Esta parece ser la línea de investigación que se ha impuesto entre las muchas que permanecían abiertas. Una vez en poder de Jonathan, algo salió mal en sus planes y precipitaron los acontecimientos que llevaron a su muerte y a arrojar el cadáver en la balsa de la localidad de Abrucena. Por lo que, tal y como la Guardia Civil sospechó en un primer momento, el móvil económico estaría detrás del trágico rapto de la pequeña.

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