
El secretario de Estado de Economía, David Vegara, anuncia, categórico y lleno de luz en su mirada, que el Gobierno no contempla trabajar con recesión.
O sea, que habrá recesión.
En economía, como en otros asuntos de interés para España, lo peor que puede hacer el ciudadano, todavía libre, es creerse las palabras del Gobierno.
Lo cierto es que ya hemos entrado en el agujero negro económico. La nada. Y se nota. Crisis en estado puro y duro.
Verano con más neveras en las playas. Los garitos vacíos. Los guiris achicharrándose bajo el sol, sin meter la mano en el monedero.
Cuando el PSOE ganó las pasadas elecciones generales, convenciendo a más de once millones de españoles, mintió para garantizar la felicidad del pueblo. Oh, pueblo.
Los votantes creyeron a pies juntillas las palabritas de Pedro Solbes y de José Luis Rodríguez Zapatero. No habrá crisis y la derecha es antipatriótica. Punto. Chitón. A votar al PSOE que así lo manda el sentido común y la modernidad.
Y ahora los mismos que mintieron pero ganaron –qué grande es nuestra democracia- siguen sin admitir que España y con ella los españolitos de a pie están metidos en una crisis de cojones.
La orden de ZP es clara. Ni hay crisis ni se la espera. Y mucho menos recesión.
Para sus voceros, todos los datos encierran algo de optimismo. Tampoco se destruye empleo. Las hipotecas no son una sangría para los desgraciados que pagan y cobran una miseria. El endeudamiento de las familias no es para tanto y, claro, ZP no se cansa de recordarnos que somos la octava economía del mundo.
Con esos datos en la cabeza del secretario general de los inefables socialistas, resulta hasta lógico apostar por el optimismo y por la negación sempiterna de la maldita recesión.
Para los socialistas, expertos en meternos en agujeros negros mientras ellos ganan elecciones y arruinan el país, la octava economía del mundo sólo tiene un problema: la derecha. Su derecha.
Y en la lucha para erradicar al PP se emplea a fondo el Gobierno. Eso es lo que importa para tener buena salud. Mientras el PP esté en la oposición y no le voten once millones de tíos listos, España estará mejor que el resto de las naciones de su entorno europeo.
Ustedes, ávidos consumidores tienen que tener muy clara una cosa. No hay recesión. No hay crisis económica. Repítalo muchas veces. Al levantarse. Antes de dormir. No hay crisis. No hay recesión. Todo marcha estupendamente. Somos los mejores. Y además progres. ¡Bien!
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