
- Cuando el telón de los juegos olímpicos se levante el viernes, no serán sólo los organizadores chinos quienes ansíen que la ceremonia de inauguración resulte un rotundo éxito internacional.
Con una audiencia estimada en más de 1.000 millones de televidentes, el show inaugural, que mostrará China al mundo, también se reflejará en el Comité Olímpico Internacional (COI).
Desde que le otorgó la organización a la capital china en 2001, el COI debió enfrentarse a altibajos emocionales muy distintos a los que tuvo que afrontar en anteriores Juegos.
Nunca se puso en tela de juicio si las espectaculares instalaciones estarían listas a tiempo o si la financiación sería suficiente, dos de los principales problemas que acosan habitualmente a los organizadores de los Juegos.
En cambio, esta vez el COI debió defender su decisión de elegir a Pekín como anfitriona en medio de una marea de críticas internacionales durante siete años, a raíz de los antecedentes negativos de China en materia de derechos humanos, sus políticas en Tíbet y, más recientemente, su posición respecto al conflicto en la convulsionada región sudanesa de Darfur.
Los guardianes de los ideales olímpicos han insistido en que la idea es acercar el espíritu olímpico a un quinto de la población mundial, que de este modo se abre al mundo.
"Los Juegos son una fuerza del bien", sostuvo en reiteradas ocasiones el presidente del COI, Jacques Rogge.
"Pero el COI no es la panacea para todos los males", admitió, en referencia a la creciente cantidad de llamamientos para que ese organismo presionara a China para conseguir una mejora en el tema de los derechos humanos.
Para empeorar las cosas, la imagen de los JJOO se vio empañada meses antes de los Juegos, cuando la gira internacional de relevos de la antorcha olímpica estuvo acompañada por violentas protestas y manifestaciones en varias de sus estaciones.
Esto llevó al miembro del COI Dick Pound a revelar esta semana que muchos países consideraron boicotear el evento olímpico y que ese organismo estudiará después de estos Juegos el futuro de la gira del fuego olímpico, en vista del caos que precedió a esta edición.
Pocos días antes de la ceremonia de apertura, el COI volvió a ponerse en el punto de mira cuando las autoridades chinas bloquearon varios sitios de Internet "delicados", lo que generó un fuerte rechazo de los medios, que reclamaron el acceso irrestricto a la red de redes.
El COI volvió a ponerse a la defensiva y más tarde admitió que la crisis debería haberse manejado mejor.
El viernes por la noche, los organizadores chinos y el COI esperan que la apuesta del impresionante espectáculo creado y mantenido en estricto secreto se vea recompensado con la entrada del movimiento olímpico en una nueva era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario