En una pregunta del senador Gonzálvez al ministro Corbacho, ayer tarde en el pleno del Senado
Desmenuza los fallos del Plan de Retorno y asegura que su mayor defecto es ir dirigido, precisamente, a los extranjeros que ya están arraigados
Acusa al Gobierno de tener una política de inmigración que consiste en algo imposible como es “sorber y soplar a la vez”
El portavoz de Inmigración del PP en el Senado, Eugenio Gonzálvez, aseguró que el Plan de Retorno Voluntario de Inmigrantes del Gobierno es como “sorber y soplar a la vez”, ya que el Ejecutivo de Zapatero ha pasado del “papeles para todos” al “maletas para todos”.
En opinión de Gonzálvez, que preguntó esta tarde al ministro Corbacho sobre el fracaso del plan, “lo que no puede pretender su Gobierno es hacer una regularización masiva en 2004 para que los inmigrantes irregulares puedan quedarse y, cuatro años más tarde, deshacerse de ellos con medidas como reducir un 35% el catálogo de empleos para los que solicita trabajadores del exterior”. Por eso, le preguntó al ministro Corbacho: “¿Qué clase de política es ésta?”, y le advirtió de que “con las personas no se juega”.
Según Gonzálvez, el programa de retorno voluntario de inmigrantes tiene tres grandes defectos. El primero, que se ha hecho mal y con prisas, ya que el Decreto-Ley no establece ni las condiciones, ni los fraccionamientos de los pagos, ni las garantías por el incumplimiento de los mismos. “En segundo lugar no es objetivo, porque ignora las verdaderas inquietudes de los inmigrantes, y, finalmente, no ha sido consensuado ni con la oposición ni con los colectivos afectados”. Según el senador del PP, el Gobierno actúa, en inmigración, como Juan Palomo: “yo me lo guiso, yo me lo como”.
En este sentido, el portavoz popular de inmigración recordó que incluso la OCDE, en su informe 'Perspectivas de las Migraciones Internacionales 2008', presentado en París el pasado 10 de septiembre, ha criticado el plan del Gobierno, señalando su falta de objetividad. Según John Martín, director de Empleo, Trabajo y Asunto Sociales de la OCDE, “la asistencia y la ayuda financiera del país de acogida no sirven para convencer a un número significativo de inmigrantes de volver a sus países de origen”.
Eugenio Gonzálvez señaló que hasta el Instituto Nacional de Estadística ha censurado el plan del Gobierno. Según los resultados de la 'Encuesta Nacional de Inmigrantes', entre las más de 15.000 personas entrevistadas, sólo un 7% de los inmigrantes se plantea regresar a su país, mientras que el 91% pretende quedarse en España durante los próximos cinco años. Estos datos, añadió el senador del PP, concuerdan con el reciente sondeo elaborado por ATIME, según el cual, el 83% de los marroquíes residentes en España rechazan la posibilidad de marcharse.
También se refirió el portavoz sectorial de Inmigración a un estudio, en fase de elaboración, de la Universidad Rey Juan Carlos, dirigido por Ramón Tamames, en el que se demuestra que los rumanos que viven en España, más de 700.000, no tienen la menor intención de irse.
Como prueba de que el plan no genera ningún entusiasmo entre los colectivos afectados, el senador popular leyó la relación de las 10 entidades que se han manifestado de forma crítica respecto a él. Entre ellas citó a la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España, la Asociación de inmigrantes ecuatorianos Rumiñahui, la Asociación Avanzar, la Red Acoge, la Asociación de Colombianos de Valencia, la Asociación América-España Solidaridad y Cooperación, la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España, el Sindicato Unificado de Policía, la embajada de Ecuador en España, e, incluso, el sindicato Comisiones Obreras, a través de su secretario de Inmigración.
Gonzálvez aseguró que los extranjeros que han acumulado prestación suficiente para volver a su país ya están arraigados en España, ya que viven con sus familias, tienen viviendas y coches que pagar y sus hijos estudian en colegios e incluso en universidades. “Es evidente –dijo- que preferirán esperar otro empleo antes que irse”.
Por todo ello, el PP le exigió a Corbacho “menos improvisación, menos frivolidad y más diálogo social, más coherencia y más responsabilidad” y le propuso a su Ministerio que invierta en políticas de formación para cualificar la mano de obra, en promocionar el espíritu emprendedor de los inmigrantes y en desarrollar el 'Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración'.
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