Familiares, amigos y vecinos asisten en San Pedro Alcántara al entierro de Fernando Moreno • El juez ha dictado el secreto de sumario del casoLos vecinos de Marbella demostraron ayer su afecto por el empresario de 76 años Fernando Moreno, víctima de un secuestro y hallado muerto el pasado jueves. Alrededor de 2.500 personas acompañaron en San Pedro Alcántara a la familia en el entierro de Moreno, oficiado pasado el mediodía en la iglesia de este núcleo de población.
El cortejo fúnebre, presidido por su viuda e hijos, abandonó el domicilio del empresario sobre las 12:10 y se encaminó hacia la iglesia de San Pedro seguido por una riada de gente que quiso mostrar su pésame a la familia y acompañarla en este duro trance.
El funeral, que fue oficiado por el párroco de este núcleo de población, se prolongó durante media hora, tiempo en el que los vecinos del empresario fallecido aguardaron en silencio a las puertas de la iglesia. Una vez finalizada la misa, el cortejo continuó también andando hasta el cementerio, donde Moreno fue enterrado en el panteón familiar.
Durante toda la noche, familiares y amigos velaron el cuerpo, que llegó el viernes por la noche a su localidad después de que cuatro forenses le practicaran la autopsia en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, que concluyó la muerte violenta de Moreno.
El empresario, que tenía una empresa familiar vinculada al sector de la construcción fundada hace 40 años, fue encontrado el jueves, un día después de su desaparición, amordazado y amarrado a unas tuberías en una caseta de agua situada en la carretera que une los municipios de Marbella e Istán.
El juzgado que instruye los hechos ha declarado el secreto de sumario. El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, confirmó que Moreno fue víctima de un secuestro e informó de que la Policía Nacional ha realizado "un despliegue impresionante" para intentar esclarecer los hechos y encontrar a los presuntos secuestradores, que pidieron dinero a la familia para un rescate.
Según sus explicaciones, la tarde del día de su desaparición, el pasado miércoles, los secuestradores realizaron una llamada telefónica y anunciaron a uno de los hijos del secuestrado que su padre estaba en una caseta de agua en la zona de Ojén, aunque no determinaron su lugar exacto -en realidad estaba en el término municipal de Istán-, hecho que provocó que la Policía tardara "un poco" en encontrar el cadáver.
El subdelegado del Gobierno indicó que en esa llamada, "los captores no especificaron en ningún momento que el empresario estuviera muerto".
La autopsia ha confirmado que el empresario falleció de "forma violenta" a primera hora del jueves, unas horas antes de que la Policía hallara su cadáver.
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