martes, 1 de diciembre de 2009

El hijo de Toñi Salazar vive sus primeras horas en libertad

Borja Salazar: "Tengo miedo a salir a la calle"

LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-D.M.-Fue detenido de manera injusta. Y ahora reconoce a sus más íntimos que tiene miedo a salir a la calle. Han sido momentos muy duros, pero sus padres y sus más cercanos está consiguiendo que la situación se restablezca los más pronto posible. Ya está en casa. Y todavía no se lo cree. Cuando hace más de diez días di la noticia de la detención de Borja Salazar, hijo de Toñi Salazar, su situación parecía algo más que complicada. La acusación de supuesto intento de asesinato que Bruno Andrés Pérez hizo en su contra le llevó directamente al módulo de preventivos del centro penitenciario Soto del Real. Sin embargo, la declaración que Bruno realizó ante el juez el pasado miércoles cambió rápidamente el devenir de los acontecimientos. Sus innumerables contradicciones hicieron que el juez modificara su implacable decisión. Ahora bien, será necesario que alguien se disculpe oficialmente por mantener a una persona en prisión sin pruebas suficientes. A veces, la justicia en nuestro país debería ser analizada minuciosamente. Nadie debería soportar tamaña injusticia.

Tristeza y alegría en prisión

No se puede negar que Borja ha sufrido más de lo que algunos pueden imaginar. Amanecer privado de libertad y rodeado de hombretones cuyo presente y pasado está marcado con la impronta de la violencia le impedía respirar con normalidad. Se sentía ahogado. Triste, desconsolado. Jamás podrá olvidar tamaña experiencia, quizás la más difícil a la que tenga que hacer frente el resto de sus días. No obstante, no todo han sido lágrimas y desesperación. Borja ha sido protagonista de bellas historias gracias a las que Toñi y Pedro, sus padres, han conseguido encontrar a lo negativo un ápice de positivismo. El veinteañero ha visto cómo muchos de los funcionarios depositaban su cariño y le reconocían su impecable actitud y sus ganas de esforzarse. Cuando Borja conseguía relajarse y explicaba los motivos por los que se encontraba en el módulo, muchos ponían el grito en el cielo. Puede que porque nadie daba crédito que el hijo de una de las grandes intérpretes de nuestro panorama musical pudiera verse inmerso en un aparente error judicial. Ahora, no obstante, el bueno de Borja se refugia en sus padres, en su novia y en sus amigos más íntimos: “Es el momento más feliz de los últimos tiempos. Ver que mi hijo está otra vez en casa es lo más grande que me ha podido pasar. Tanto su padre como yo hemos llorado mucho pero ahora estamos dispuestos a luchar para que el honor de mi niño quede absolutamente limpio”, me confesó telefónicamente una Toñi Salazar que ha desterrado las lágrimas de su ahora descansado rostro.

Domingo de fútbol, merienda y cena

“Todavía tengo miedo a salir a la calle”, reconoce Borja cuando se le pregunta qué secuelas sufre tras haber permanecido en la cárcel. Sin embargo, el apoyo incondicional de sus más cercanos está consiguiendo ablandar ese irracional temor que le hace tembletear cuando el día da paso a la noche. Le costó animarse, pero el pasado domingo Borja disfrutó de una tarde en compañía de su novia. Con ella se fue a merendar, a ser testigo del partido de fútbol del año y a cenar tranquilamente en un restaurante cercano a su domicilio familiar. Es allí donde se siente seguro ahora que las aguas bajan algo turbias. Será él quien las aclare públicamente. En estos momentos estudia la posibilidad de comparecer en un programa de televisión para dar la cara y explicar, de una vez por todas, qué implicación tuvo en la ya archi comentada agresión. Tiempo al tiempo.

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