Mauritania hace supurar la herida del "Alakrana": el Gobierno tiembla

LAEDICION.NET.-REDACCIÓN.-D.M- Fue el responsable de prensa de Acció Solidària Vallés, Enric Alloza, el que se atrevió a decir en voz alta en los micrófonos de Onda Cero lo que, al conocerse el secuestro de tres cooperantes en Mauritania, otros pensaron en bajo: "Hay mucha gente que está desesperada y ver lo que pasó con el Alakrana, que en principio dicen que se pudieron llevar dos millones de euros, pienso que se produce un efecto llamada".

En apenas días, al Gobierno se le han vuelto a aparecer de golpe los fantasmas del atunero vasco, una herida demasiado reciente que aún supura. Tal es así que, en un intento por evitar que la situación se enquiste tanto como la del barco -lo que traería consecuencias fatales para José Luis Rodríguez Zapatero y su equipo-, el Ejecutivo se ha apresurado a coger la sartén por el mango para escenificar que tiene controlada la situación en la medida de lo posible.

El miedo de los socialistas a encontrarse ante otro Alakrana -salvando las distancias- es tal que sin apenas información fiable Alfredo Pérez Rubalcaba y Miguel Ángel Moratinos no dudaron en comparecer para anunciar que "todo apunta" a que Al Qaeda en el Magreb está detrás. Ambos ministros se hicieron eco de esta hipótesis -que no certeza- porque según ellos así se lo transmitió el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Abdelaziz, basándose en "las huellas que dejó el vehículo que participó en el secuestro". Pero su precipitación no gustó nada a las familias de los tres voluntarios raptados ni a la ONG -Barcelona Acció Solidària- para la que trabajan. De "imprudencia temeraria" lo calificó su máximo responsable, Francesc Osan.

Temeroso de repetir los mismos errores, Zapatero se ha apresurado en actuar. De nuevo María Teresa Fernández de la Vega está a los mandos del operativo, cuyo primer objetivo es localizar a los tres cooperantes catalanes y evitar que sus captores crucen la frontera de Mali con ellos. Desde que se conoció el secuestro, tanto la vicepresidenta primera como el ministro de Asuntos Exteriores mantienen -eso aseguran desde el Gobierno- gestiones diplomáticas "al más alto nivel" con las autoridades de Mauritania y Mali.

De hecho, los tres países han establecido de forma conjunta un dispositivo de búsqueda coordinado por parte española por los secretarios de Estado de Interior y de Asuntos Exteriores, Antonio Camacho y Ángel Lossada respectivamente. Además, el propio Moratinos y la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, se han encargado de informar a los partidos políticos y a las familias. O eso dicen desde el Ejecutivo, porque el lunes por la tarde los familiares se quejaban amargamente de que el Gobierno de Zapatero les está dejando al margen de las novedades.

En Estoril, donde el presidente y el ministro de Asuntos Exteriores participan en la XIX Cumbre Iberoamericana, comienza a circular el rumor de que el Gobierno podría estar planeando una intervención y no un rescate previo paso por caja, como ocurrió con el atunero. No en vano, el Ejecutivo ha movilizado a todos los efectivos de la Guardia Civil en la zona: un buque oceánico, dos patrulleras, un helicóptero, un avión que está viajando desde Senegal y en torno a una treintena de agentes. Todo ello se suma al contingente desplegado por Mauritania.

Desde La Moncloa informaron por la mañana de que Moratinos comparecería en rueda de prensa dos veces a lo largo del lunes para informar de la situación. Lo hizo a última hora de la mañana, pero no por la tarde. Y el secretismo siempre obedece a algo. Una de las cosas que más les importa a los socialistas es que este nuevo secuestro no sirva de munición a la oposición. Así que, adelantándose a los acontecimientos, Leire Pajín pidió desde Ferraz al resto de partidos "apoyo sin fisuras" al Gobierno y "prudencia".
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