martes, 29 de diciembre de 2009

Navidad 2010

Navidad 2010, precedida, en España, de una ley de 17 de diciembre que borra del ordenamiento jurídico, la protección de la vida humana hasta sus 14 y 22 semanas de gestación. Es la aprobación, como si fuera bueno, del aborto provocado y del infanticidio. Se protege el musgo, y tienen que apañárselas para el belén. La ley protege a ranas y renacuajos, a aves y mamíferos; pero la vida humana no significa nada y se deja al arbitrio de madres, incluso adolescentes, que, entre lágrimas o risas de frivolidad, no saben o no quieren o no pueden apañárselas. Al Niño de Belén se le deben romper las entrañas, y también se nos rompen a muchos españoles. ¿Cuál es el deber más importante del Gobierno? Proteger la vida de todos, y, para ello, a la mujer embarazada. Pero han legislado en contra. Evoco el martirio de los inocentes en el primer año de la Era Cristiana. No importa el número de los que nos oponemos a esta barbarie salvaje asesina. No importa el hombre, sino el negocio. ¿ Conformarnos? Claudicar ante el genocidio abortero, es sumarse a la maldad. Ante el mal sólo cabe la fuerza de la razón del bien. Hay que seguir apostando fuerte por la vida y expiar por el pecado del aborto: vigilias por la vida en iglesias y catedrales, hasta cubrir todas las parroquias y catedrales de España; rosarios por la vida, hasta extenderse por plazas de todas las ciudades y pueblos. También hay que ayudar a las mujeres embarazadas que quieran tener el hijo.

Josefa Morales de Santiago

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