jueves, 15 de abril de 2010

Jesulín, sobre los rumores de separación: "Que cada uno piense lo que quiera"


El torero al borde de la ruptura con María José Campanario





LAEDICION.NET.-Ellos prefieren escurrir el bulto, pero la relación entre Jesús Janeiro y María José Campanario atraviesa uno de sus peores. uegan al despiste. Cuando la periodista Lidia Lozano aseguró que la relación de Jesulín de Ubrique y María José Campanario se tambalea incansablemente, muchos se llevaron las manos de la cabeza. Portavoces de la pareja desmintieron la información. Negaron que, como aseguró Diego Arrabal, haya una persona del entorno más próximo del matador que haya reconocido que la situación entre ellos es más que complicada. A saber. Eso sí, la información de la Lozano no puede ser más acertada. Jesús y Mari Campa riñen constantemente. Vociferan sin cesar. Su relación pende de un hilo. No es algo nuevo, aunque sí es cierto que el pasado sábado protagonizaron una fortísima discusión. Todavía tiemblan los cimientos de su casoplón de Arcos de la Frontera. Quizás tienen demasiada presión. Demasiados frentes abiertos. Sin embargo, me aseguran que el mayor punto de conflicto tiene nombre y apellidos, mechas rubias y una lengua algo viperina: Belén Esteban. Jesús se opone totalmente a la decisión de su todavía mujer de interponer una demanda contra Belén. Su reiterada negativa caerá en saco roto, pues me insisten en que no hay vuelta atrás. O tal parece. Tamaña actitud acrecienta los rumores de crisis en el matrimonio. Por eso me decidí a telefonear al matador. Borde, pero muy directo, Jesús fue tajante: “Que cada uno piense lo que quiera” y colgó. Es su nueva filosofía. Echarse las preguntas al lomo y olvidar a los medios de comunicación. ¡Cuánto ha cambiado!

María José pierde interés

A diferencia de Jesús, María José permanece apartada del mundanal ruido. No responde al teléfono. Prefiere hacer como que la cosa no va con ella. Y eso que es una de las partidarias de meter en el caldero a los periodistas del corazón. Si pudiera, abanderaría protestas y manifestaciones para que todos fuéramos encarcelados. Ironías del destino. Se queja de que nadie le llama para contrastar, pero cuando alguien lo hace, la Campa tuerce el morro y ni siquiera devuelve las llamadas. Ver para creer. Lo que no ocurre con los grandes artistas de nuestro país, pasa con este tipo de tarántulas (por lo de las patitas cortas) únicamente conocidas por ser esposas de toreros algo ásperos y refunfuñones. Nadie entiende el motivo por el que María José no se baja del pedestal, e intenta ser humana y cercana. Proyecta una soberbia desorbitada. Es demasiado espesa y, eso, produce cierto ardor estomacal en los que siguen este tipo de contenidos del colorín. Habrá que esperar, pero vaticinan caída en picado. Campanario ya no es tan interesante como lo era hace un tiempo. Pasa más desapercibida, pero su caché también ha bajado. Dicen que de los quince mil euros que percibió por ser imagen de una bebida alcohólica en Sevilla, sus últimas ofertas no han superado los diez mil euros. Cosas que pasan. Otra cosa será el día que anuncie su ruptura definitiva, fracaso matrimonial. Seguro que en ese momento consigue superar todas las expectativas y le untan bien untada. ¡Qué bonito! Quién sabe si algún día acaba sentada frente a frente con Belén Esteban en el Cortijo Deluxe que conduce Jorge Javier Vázquez los viernes por la noche. Eso ya sería la bomba. Sería su mayor bajada de pololos, pero por dinero baila el perro.

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