sábado, 10 de abril de 2010

José Antonio Soriano, ayer en el Aula Taurina: 'El reglamento andaluz cambió la forma de trabajar de la Administración respecto a los toros'

Soriano fue director general de Espectáculos Públicos de la Junta de Andalucía durante ocho años y, además del Reglamento taurino, durante su mandato potenció las escuelas taurinas y la normativa en plazas de toros portátiles.

LAEDICION.NET.-ALMERÍA.- El ex director general de Espectáculos Públicos de la Junta de Andalucía, José Antonio Soriano, impartió ayer una conferencia en el marco del Aula Taurina de la Universidad de Almería. Soriano desempeñó ese cargo durante ocho años (desde julio de 2000 hasta mayo de 2008) y en la actualidad es director del Instituto Andaluz de Administración Pública. Nacido en Alcazarejos (Córdoba) y licenciado en Derecho, siempre ha gozado de la estima del mundo del toro por su responsabilidad con la fiesta. Bajo su mandato se redactó el nuevo Reglamento Taurino de Andalucía, en consenso con los profesionales y aficionados y, entre otras actuaciones, potenció las escuelas taurinas y la reglamentación en plazas de toros portátiles.
Como destacó ayer el Vicerrector de Cultura y Extensión Universitaria, José Antonio Guerrero, impulsor del Aula Taurina, cuando Soriano dejó el cargo “lo hizo utilizando el símil taurino, por la puerta grande”. “Un buen trabajo tuvo que hacer para generar ese consenso en un mundo tan complejo como éste. Desde los profesionales del toreo, pasando por los empresarios, los ganaderos de lidia, aficionados de toda condición, asociaciones profesionales, críticos taurinos, revistas especializadas y personas anónimas, la labor de José Antonio Soriano siempre ha sido alabada y reconocida”, apuntó Guerrero.
Su intervención (la única conferencia que ha impartido este año) trató de reflejar sus vivencias como responsable de la Administración regional y sus relaciones con el mundo del toreo a lo largo de esos ocho años.
“Este es un mundo realmente apasionante, sobre todo por dentro. Un mundo con sus grandezas y sus miserias, claro está. La Administración tiene una serie de papeles que cumplir pero la intervención siempre ha sido complicada puesto que regular un arte, reglamentarlo, es muy difícil”, explicó.
“Hasta los que defendían la autorregulación del sector, defienden hoy la virtualidad de una mínima intervención como necesaria porque es cierto que aquí conviven muchos intereses, la mayor parte de ellos contrapuestos, que hay que organizar. Es necesario que alguien desempeñe un papel moderador”, argumentó.
Para él, el papel de la Administración tiene que centrarse en defender, por una parte, los intereses de los aficionados y, por otra, establecer una mínima salvaguarda de la integridad del espectáculo taurino.
José Antonio Soriano también habló ayer de las dificultades que se encontró a la hora de realizar el nuevo Reglamento taurino de Andalucía. Reconoció que lo ideal hubiera sido un reglamento único para toda España “pero todos los esfuerzos fueron baldíos, tanto con el Gobierno del PP como con el PSOE”.
También dijo que el principal problema que ha habido siempre es que los poderes públicos “no han entendido nunca” la fiesta de los toros. “No se ha profundizado nunca en todo lo que hay detrás, en saber que la fiesta es un sector que mueve mucho dinero”. El Reglamento taurino, redactado con el consenso de todo el sector, supuso un cambio en la forma de trabajar de la Administración respecto a los toros, señaló.
Soriano no esquivó asuntos polémicos, como la iniciativa ciudadana para prohibir las corridas de toro en la Monumental de Barcelona y afirmó con rotundidad que “a lo que quieren prohibir la fiesta lo que menos les interesa es el bienestar de los animales. Les mueven otros intereses inconfesables. La fiesta se está manipulando políticamente, tanto por unos como por otros. Creo que el Gobierno catalán, y especialmente el presidente Montilla que es un gran aficionado a los toros, se están arrepintiendo enormemente del cariz que ha tomado todo este asunto”, destacó.
Por último, aseguró que cuando uno está en un puesto de responsabilidad en la Administración siempre tiene que tener en cuenta la realidad social. “Es la que manda. Las normas que se dicten tiene que adecuarse a esa realidad porque si no, la gente termina por no cumplirlas”, señaló.

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