Los conservadores liderados por David Cameron ganaron las elecciones generales británicas del jueves pero sin lograr la mayoría absoluta, según sondeos a pie de urna, un resultado que podría sumir a Gran Bretaña en la incertidumbre sobre su futuro político.
LAEDICION.NET.-Los 'Tories' lograrían 305 diputados, 21 menos que la mayoría absoluta de 326 de los 650 escaños del parlamento, según una actualización de esta encuesta difundida por las televisiones británicas BBC, Sky e ITV.
Por su parte los laboristas del primer ministro Gordon Brown obtendrían 255 y los liberal demócratas de Nick Clegg, sólo 61, dos menos que en la legislatura saliente, pese a haber sido los que animaron esta campaña.
Si se confirma, será el primer 'hung parliament' (colgado o sin mayoría absoluta) en Gran Bretaña desde 1974, situación que preocupa a los mercados.
Según los resultados parciales con tres cuartos de las circunscripciones escrutadas a las 04H15 GMT, los conservadores obtendrían 230 escaños (36,6%), por delante de los laboristas (177 escaños, 27,7%) y los liberal demócratas (36 escaños, 22,5%).
Si la tendencia se confirma este sería el peor resultado del Partido Laborista en una elección desde 1983.
Los resultados completos serán publicados al final de la tarde.
Cameron, de 43 años, declaró en la madrugada del viernes que, aunque todavía provisionales, estos resultados demostraban que los británicos querían "un cambio" tras 13 años ininterrumpidos de laborismo.
"Creo que está claro que el gobierno laborista ha perdido su mandato para gobernar el país", dijo tras ser reelegido diputado en la circunscripción de Witney, cerca de Oxford (oeste de Inglaterra).
Sin embargo, varios diputados laboristas mencionaron la posibilidad de tratar de formar una coalición con los liberal demócratas.
"Las reglas son que si hay un 'hung parliament' no es el partido con el mayor número de escaños el que tiene prioridad, sino el gobierno saliente", afirmó en la BBC el ministro de Comercio Peter Mandelson.
En efecto, según la convención constitucional británica, el primer ministro saliente puede o bien dimitir o bien mantenerse en el poder para tratar de formar un gobierno y someterlo a la confianza del parlamento.
Si los laboristas sumaran sus escaños a los de los liberal demócratas, grandes derrotados de estas elecciones, tendrían más diputados que los conservadores (316).
Clegg, que tendría la llave de ese gobierno de coalición, no descartó la posibilidad antes de los comicios, aunque sugirió que Brown debería marcharse, y condicionó cualquier alianza a una reforma de un sistema electoral que perjudica claramente a los pequeños partidos.
El líder del partido Liberal Demócrata declaró este viernes que pasó una noche "decepcionante" debido a que fue reelegido pero su partido tuvo un resultado inferior al previsto en las elecciones.
El dirigente aumentó su mayoría en su circunscripcion de Sheffield Hallam y afirmó ante una multitud entusiasta, acompañado por su esposa española Miriam, que ser elegido nuevamente fue "el mayor privilegio".
Sin embargo, el incremento del apoyo nacional para su partido, que durante la campaña electoral se encontraba en tercer lugar, llevándolo en cierto momento al segundo puesto, por delante del Partido Laborista (en el poder), no se tradujo en un aumento de escaños.
"Esta ha sido obviamente una noche decepcionante para los liberales demócratas. Está claro que no hemos logrado lo que esperábamos", afirmó.
"Creo que llevamos a cabo una campaña positiva llena de esperanza, llena de optimismo, que a mi entender involucró a mucha gente en las elecciones, aunque luego no votaron por los liberales demócratas", añadió.
Clegg no reveló a cual partido apoyará, limitándose a señalar que el resultado definitivo de estos comicios "todavía es algo impredecible, pues la gente la votado pero nadie parece haber ganado claramente".
El proceso hasta la formación de un nuevo gobierno podría ser largo y complicado, y podría tener consecuencias en la economía del país, que sale a duras penas de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
De momento, la libra esterlina perdió valor ante el dólar y el euro entre antes y después de la publicación cuando se publicó el sondeo a pie de urna.
En una comparecencia posterior, Brown prometió "jugar su papel para que Gran Bretaña tenga un gobierno fuerte, estable y de principios, capaz de liderarla hacia una recuperación económica duradera y de cumplir nuestros compromisos para reformar a fondo el sistema político".
Más de 45 millones de británicos estaban convocados a las urnas para estas elecciones. La participación, que según datos provisionales rondó el 63,5%, superó el 61% registrado en 2005, y eso que cientos de personas se quedaron sin votar debido a las largas colas que se formaron en algunos colegios.
Los tres líderes votaron por la mañana, acompañados de sus esposas. Cameron fue el más madrugador, aunque tuvo que retrasar su llegada después de que dos jóvenes se encaramaran al tejado de su colegio electoral. Le siguieron Brown y Clegg, cuya esposa española, Miriam González, no pudo votar.
Cameron a quien hasta el año pasado todo el mundo veía ya metido en el 10 de Downing Street, perdió terreno en los tres últimos meses frente a Brown, de 59 años, que con una campaña centrada en su experiencia para gestionar crisis esperaba legitimar el cargo que heredó de Tony Blair en 2007.
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