Pifia de Blanco en La Noria, humo en Ferraz y peloteras en la tropa Lo de Telecinco debía ser pan comido para el ministro de Fomento. No fue así. En el laboratorio de intoxicaciones del PSOE andan mal de creativos. Para colmo, crece la discrepancia interna.
AEDICION.NET.-José Blanco acudió vacilante a su asalto catódico en Telecinco. De entrada, y según cuentan entre su personal de avituallamiento, al ministro de Fomento le cogió con el pie cambiado la censura mediática a su decisión de subirse a La Noria para defender los tijeretazos al estado de bienestar promulgados por José Luis Rodríguez Zapatero. Al menos, debió pensar el también "número dos" del PSOE, tengo camelado a un rojillo como Jordi González, rostro visible de otra forma de hacer televisión que llena tanto.
La noche del sábado de Blanco debía ser un espacio promocional propicio para vender con gusto el argumentario zapateril por gentileza de Paolo Vasile. Aplicado en el uso de la demagogia, fundamentalmente porque, si se trata de vender, es capaz de colocar cubitos de hielo a un esquimal, su brindis al sol giró en torno a tres ideas. Una, negó que los pensionistas vayan a cobrar menos: "Cobrarán lo mismo y 3.200.000 pensionistas (…) incluso más". Dos, sostuvo que el recorte a los funcionarios sería equitativo. Y tres, dejó la puerta abierta a un sartenazo adicional a las rentas más altas.
Las medidas, insistió en su liviandad Blanco, eran inevitables y se acordó de su tío Manolo, el cual se apretó el cinturón para pagar los estudios de su prima. Ahí estuvo sembrao. Que entró en estado de miedo, o sea, de fingimiento, lo demostró el titular de Fomento en sus gestos. Los gestos lo retrataron de cuerpo entero. En ellos pudo leerse con claridad su nerviosismo. Y conste que José Blanco, instalado sobre un gigantesco barril de pólvora, se preparó el examen a conciencia. Pero amigos cercanos al PSOE me han llamado desilusionados porque no lo vieron suficientemente contundente.
¿Quién le ha visto y quién le ve, don José?
Ferraz echa humo
Lo peor de todo no fue el patinazo de José Blanco. O el tiro por la culata imputable a los publicitarios que le facturaron al "número dos" el desdichado argumentario y que sólo ha servido para provocar la rechifla del adversario. Lo malo es que el PSOE está en grave riesgo y necesita de un urgente recauchutado. De poco sirve difundir la visión apocalíptica del plan de ajuste alternativo del PP. Desde luego, en el departamento de intoxicaciones de la calle Ferraz deben andar mal de creativos. Les urge enchufarse al oxígeno y echar mano de algún tipo de producto tóxico al estilo del famoso dóberman.
Zozobra en su bancada
Aunque no lo digan en público ni bajo tortura, llegó la hora de las lamentaciones. Habla un atribulado diputado del PSOE: "Lo que hace falta es que Zapatero no acabe con nosotros". Dice otro no menos desolado y meditabundo: "El jefe juega con las cosas de comer". Y lo peor es que no hay opciones. "Si al menos José Luis Rodríguez Zapatero hubiera acompañado los recortes con la supresión de dos o tres ministerios. Hubiera supuesto toda una inyección de credibilidad al resto de las medidas en un momento en que el principal objetivo es restablecer la confianza en el Gobierno". Este es el resignado mensaje de las reuniones socialistas.
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