LAEDICION.NET.-Uno de los espacios naturales de mayor riqueza biológica del Mar Mediterráneo, la isla de Alborán que fue asignada a Almería en 1884 por el Rey Alfonso XII, sigue en el punto de mira de las autoridades marroquíes
"Llamamos a la amiga España a abrir un diálogo con Marruecos para poner fin a la ocupación de las dos ciudades marroquíes de Ceuta y Melilla y de las islas vecinas expoliadas dentro del marco de una visión de futuro". Son las palabras del primer ministro de Marruecos, Abás El Fasi, en una sesión plenaria de la Cámara de representantes marroquí. Hace unos días El Fasi argumentó que nuestro país niega a Marruecos el derecho de poder recuperar sus territorios, un discurso histórico que ya plantearon en la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla en noviembre de 2007 y con mayor crudeza en julio de 2002 cuando ocuparon militarmente el islote de Perejil. Los marroquíes reclaman los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas, el islote de Perejil, las islas Chafarinas y la isla almeriense de Alborán, uno de los espacios naturales de mayor riqueza biológica de todo el Mar Mediterráneo que el 9 de mayo de 1884 fue asignada al barrio de Pescadería por disposición del Rey Alfonso XII. Los marroquíes pretenden que la isla de Almería deje de contar son soberanía española y ponen sobre la mesa su abandono y expolio como argumentos a su favor. Y es que si la isla de Alborán ha disfrutado de cierta protección en las últimas décadas no ha sido por la veintena de leyes y normativas de ámbito andaluz, estatal e internacional que se han ido aprobando desde los años ochenta, encaminadas a la conservación de su biodiversidad, sino por la permanente presencia del Ejército español. A los daños ocasionados por la pesca no selectiva y los vertidos se sumó un expolio y saqueo tanto en su parte marina como terrestre entre los años 1992 y 1997 muy perjudicial para el ecosistema. Fue un lustro muy negativo fruto de la retirada de la guarnición de la Infantería de Marina que dejó que decenas de desaprensivos se presentaran en la isla mermando seriamente las poblaciones de la lapa de Alborán y de coral rojo. Un informe reciente de Oceana dejó bien clara la importancia de un enclave marítimo-terrestre en el que confluyen cerca de 2.000 especies de fauna y flora, muchas endémicas y amenazadas, y sobre todo la necesidad de que todas las administraciones apuesten por su protección ambiental. A pesar de su belleza y relevancia ecológica, el Mar de Alborán y, en concreto, el enclave de 26.457 hectáreas es "vulnerable y sensible". Un aviso sobre la conservación de nuestro patrimonio natural que coincidió con la posibilidad, finalmente descartada, de que la Armada abandonara a su fortuna a la isla que en 1997 fue declarada Reserva Marina y de Pesca y en 2003 Paraje Natural por el Parlamento de Andalucía. Dos años antes fue declarada Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) y en 2008 recibió un grado de protección más por parte de la Unión Mundial para la Naturaleza en una cita de más de 8.000 expertos en Barcelona. Aún así, seguirán siendo leyes poco efectivas en alta mar sin la presencia de las Fuerzas Armadas. A mediados de los años sesenta se produjeron intentos de un grupo de barcos de pesca soviéticos de establecerse en el enclave, lo que motivó al ejército español a crear un destacamento permanente. Ha sido la única manera de lograr la conservación de sus hábitats y especies, así como el uso de sus recursos de una manera más sostenible. Sin la salvaguarda de los militares, la isla de Alborán es un paraíso desprotegido, sobre todo ahora que ha vuelto a sonar en el seno del gobierno marroquí la necesidad de construir el Gran Marruecos que incluye los islotes del Mediterráneo con soberanía española. Almería no perderá su tesoro.
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