Parece fuera de duda que el movimiento juvenil de protesta, que se ha dado en llamar del 15-M, ha sido organizado por elementos de la izquierda frustrada, que curiosamente no dirige contra Zapatero su indignación por la desastrosa gestión de la crisis. Por el contrario, la crítica difusa y colorista se dirige más hacia el PP, que no tiene ninguna responsabilidad en la crisis. Curiosamente la amalgama de grupos juveniles parece empujar al partido socialista a hacerse más radical. Es una respuesta que está en consonancia con el mensaje socialista del miedo a la derecha, que se pretende hacer calar en la sociedad y que ha vuelto a desempolvar en la pre y durante la campaña electoral.
Pienso, Sr. Director, que la protesta y el desencanto deberían empujar a la sociedad española a un cambio de rumbo y no a profundizar los errores de Zapatero. Esa es una de las grandes contradicciones del movimiento 15-M. Estamos a las puertas de unas elecciones y cunde la sospecha de que todo esto pretenda condicionar unos comicios que deberían ser precisamente la expresión del deseo de cambio que detectan todas las encuestas. Esperemos que la sociedad española hable claro mañana domingo y que no se produzcan coacciones. Este periódico no se responsabiliza de las opiniones vertidas en esta sección y se reserva el derecho de no publicar los mensajes de contenido ofensivo o discriminatorio. Puedes seguir las respuestas de esta entrada por el RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta o un trackback a esta entrada@laedicin.com
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Jesús Domingo Martínez
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