Daniella Montenegro
Telecinco, desde luego, sabe cómo conseguir altas cuotas de audiencia y cómo rentabilizar los reality. Para muestra un botón. La decisión de que la ex concursante de Gran Hermano, Aída, volviese a la isla y compartirse horas con Rosa Benito, ha sido de las mejores tomadas por Telecirco.
Aída no dudó ni un momento en lanzar mensajes subliminales velados o sesgados, como prefieran decirlo, a Rosa sobre el estado de salud de José Ortega Cano. Añadiendo especulaciones sobre dónde querría ser enterrado el torero si le pasase salgo. Todo, ha rozado el mal gusto.
La cara B de la historia, el mal trago que han tenido que atravesar los hermanos y los hijos de José Ortega Cano por esta situación. Un revés que no ha dudado en reconocer el propio Jorge Javier Vázquez.
Más leña a un fuego que sigue candente. En medio de una cruzada familiar de la que mucho se ha hablado, los hermanos de Ortega tienen que ver cómo se lucran Rosa y Amador con su historia. Un concurso que se adereza, además de con el morbo matrimonial de los Mohedano, con la situación por la que está atravesando José.
Telecinco sabia que Aída se iba a comportar así. O, al menos, tenían esa esperanza. Y, por eso, una de las primeras decisiones a la llegada a la isla de la polémica Nizar fue dejarla sola en una playa con Rosa. Quizás, para fomentar la conversación.
A una triste historia, se suma otra: la vivida por la familia de Carlos Parra, el único fallecido en el accidente de José. Tienen que ver cómo la gente saca dinero con lo ocurrido. Sin embargo, continuando con su lucha personal por obtener algo de justicia, los abogados defensores de Carlos han pedido cuatro años de cárcel para Ortega Cano. Alegan un supuesto delito de homicidio imprudente y otro contra la seguridad vial.
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