Final de ETA

No ha sido una verdadera sorpresa. Algo flotaba en el ambiente después del “paripé” de la Conferencia de Paz. Y llegó lo que se esperaba. Los etarras encapuchados y con la serpiente de telón de fondo, anunciaban el “cese definitivo de la actividad armada”. Y todos más contentos que unas pascuas. Y yo también, si no fuera porque cuesta creerlos cuando hace años dijeron “cese permanente” y después “cese indefinido” y siguieron matando.
Ahora, dicen que es diferente. Claro, con la Diputación de Guipuzcoa , 123 ayuntamientos y 1.200 millones de euros en su haber, es normal que nada sea igual, pero dejarlos llegar a las Instituciones ha sido un paso adelante para ellos y un paso para atrás para los demás.
No se cual es el precio por la paz, o si la paz tiene precio, pero es muy fuerte pensar que 858 victimas han sido asesinadas para que sus verdugos sean concejales, diputados o consejeros. Me cuesta hasta pensarlo, pero parece que están marcando sus tiempos y se jactan de eso cuando dicen: “La lucha de largos años ha creado esta oportunidad”, pero no se que oportunidad han tenido los que han muerto con un tiro o un coche bomba.
Quiero pensar que no es un mal sueño y que ahora es verdad, pero presiento que no es casualidad que anuncien su cese, pero no su desaparición, un mes antes de las elecciones para tener oportunidad de estar en el Congreso de los Diputados. Luego vendrán las elecciones vascas y harán otro anuncio para conseguir lo que siempre han querido, gobernar en el país vasco. Veo al lobo debajo de la piel de cordero.
Será “un triunfo de la democracia”, pero todo parece indicar que ETA no va a desaparecer hasta que tenga claro que se han cumplido todos los acuerdos y objetivos que se ha marcado y que el Gobierno socialista ha tenido mucho que ver.
Zapatero quería ser recordado como el Presidente que en su mandato ETA dejó de matar. Ha hecho de todo. Rubalcaba lo sabe. Nosotros ya nos enteraremos. Pero a las victimas ¿Quién se lo explica? Twitter @LaEdicin