miércoles, 22 de febrero de 2012
El padre de Arantxa Sánchez Vicario administra una sociedad que cerró el 2010 con 320.000 euros en efectivo
Frente a las informaciones que afirman que el matrimonio vive de su pensión y las ayudas de sus otros hijos
Con un capital de 300.000 euros, Brustle Corporation tiene domicilio social en la vivienda de su propiedad de la calle Sabino Arana
LAEDICION.NET.-:/ Redacción Twitter @LaEdicin.-La sociedad, cuyo objeto social es la explotación de fincas urbanas, fue constituida en el verano en que la tenista conoció a su actual marido "Mis padres me han anulado". Con estas palabras se presentaba Arantxa Sánchez-Vicario y rompía su silencio sobre la relación "inexistente" que mantiene con su familia. Rodeada de una gran expectación, la actual responsable de la selección española de tenis femenino –con un sueldo de 200.000 euros-, rompía su silencio. La cita era en una sucursal de La Casa del Libro en Barcelona. Casi un centenar de periodistas y fotógrafos aguardaban las explicaciones de la ex tenista en la presentación de su autobiografía de memorias “Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer”.
Y sin preguntas. En concreto, Arantxa ha presentado cuatro demandas contra sus padres y sus hermanos por malversación de fondos y apropiación indebida. A más: en el libro autobiográfico, Arantxa acusa a sus pROGENITORES de haberse apropiado de prácticamente la totalidad de su patrimonio y afirma que sus problemas con Hacienda se deben a las intenciones de su familia: "Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo". En las memorias, la ex tenista estima que durante los 17 años que dedicó al tenis de los cuales asegura que no disfrutó. La Agencia Tributaria le reclama que devuelva 3,5 millones de euros por haber fijado su residencia de 1989 a 1993 en el Principado de Andorra y el correspondiente impago del IRPF durante ese periodo.
Pues aquí le ofrecemos, en su primera entrega, el patrimonio del padre, Emilio Sánchez, en el que se desprende ya una primera gran contradicción sobre las tesis cercanas a los padres de la tenista, que afirman que sus padres “no tienen absolutamente nada a su nombre y viven de una pensión de 2.200 euros y de lo que les dan sus hijos”. Así Emilio Sánchez Benito es administrador junto al empresario Antonio Colomina de la sociedad Brustle Corporation SL, dedicada a la compra, venta, arrendamiento no financiero, transformación y explotación en su mas amplia aceptación de fincas urbanas rusticas e industriales y la urbanización de terrenos o fincas.
Negocio inmobiliario sin propiedades
Un negocio inmobiliario del que ya tiene experiencias de años gestionando propiedades y que constituyó el 23 de julio de 2007, justamente el verano en el que Arantxa Sánchez Vicario conoció a su actual marido José Santacana. Pero lo curioso es que de este negocio nada de nada, ya que, aunque se constituyó con un capital nada despreciable de 300.000 euros, en su activo no se refleja ninguna propiedad.
Así al menos se comprueba en las últimas cuentas firmadas por el propio Emilio Sánchez Benito el 19 de julio del pasado año, cero euros en activos fijos y 321.367,60 euros en activo circulante de los que 319.033,65 euros están en dinero en efectivo y otros activos líquidos equivalentes, un dinero que se mantiene estable, si comprobamos que en el 2009 la cantidad era de 321.469,39 euros. Una cantidad nada desdeñable, que desde luego se aleja de un matrimonio sin patrimonio propio.
Es mas, gracias a los 10.047,39 euros de beneficios financieros, la sociedad cerró con 4.646,54 euros.Y si queremos ver la importancia de la sociedad para el matrimonio tan solo un dato, su domicilio social está en el domicilio familiar de Marisa Vicario y Emilio Sánchez en la calle Sabino Arana, lugar desde donde se trasladaron a la vivienda en la calle Diagonal propiedad de la tricampeona de Roland Garros en la que son usufructuarios, al menos de momento en espera de lo que decidan los tribunales.
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