El secretario general Diego Cañamero ha minusvalorado el acuerdo de los parlamentarios
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-El secretario general del Sindicato
Andaluz de Trabajadores (SAT), Diego Cañamero, ha mostrado en Almería su
rechazo al resultado de la votación en el Parlamento de Andalucía por la que se
condena los asaltos a supermercados y ocupación de oficinas por parte de esta
organización, algo que ha contado con el apoyo del PSOE-A a iniciativa del PP-A
y a lo que sólo se ha puesto IULVCA, a la que pertenece el parlamentario Juan
Manuel Sánchez Gordillo, que, inspirador de esta “marcha obrera”, ni estuvo en
ella el miércoles ni el jueves, y tampoco acudió al pleno por encontrarse
enfermo.
Cañamero calificó a los dos partidos -uno de ellos es el que sustenta en el Gobierno andaluz la propia Izquierda Unida a la que pertenece Gordillo- de "arcaicos y viejos como los dinosaurios" y "defienden un sistema que nos está llevando a la bancarrota".
El sindicalista ha declarado que "nadie vota a estos partidos para que haya reforma laboral, suban el IVA, los impuestos, quiten los 400 euros o el chequebebé", y ha descalificado el sistema democrático al afirmar que la sociedad tendría que "quitar de la vida pública" a ambas formaciones "porque no representa a nadie aunque tengan el voto", si bien no hizo referencia a si los votos de IULVCA son más o menos legítimos que los de los otros dos partidos. A estos los acusa del "desastre económico, ecológico y cultural" sin hacer mención a la implicación de IULV-CA en el Gobierno andaluz.
Cañamero ha dicho que el objetivo de todo no es más que "desprestigiar a los dirigentes obreros reprobando a Sánchez Gordillo", sentido en el que ha cuestionado que no se "arremeta" contra otros casos o personalidades. "Quieren desprestigiar a un dirigente obrero que ha tenido la osadía de ponerse al frente y señalar a los culpables de la crisis", ha enfatizado.
En el recorrido desde Roquetas de Mar, donde el alcalde del PP Gabriel Amat les cedió el Pabellón Infanta Cristina para que durmieran, hasta el mitin en la Plaza de las Velas de la capital almeriense, donde el grupo de asistentes ha sido notable, han pasado por Vícar, donde el alcalde socialista Antonio Bonilla saludó a los manifestantes.
En el Parador intentaron cortar el tráfico a su paso, lo que fue impedido por la Policía, así no se detuvieron mucho y siguieron avanzando, para llegar a la tarde a la capital donde también hubo no sólo militantes de Izquierda Unida, también socialistas a título particular que acudieron a la concentración.
Cañamero calificó a los dos partidos -uno de ellos es el que sustenta en el Gobierno andaluz la propia Izquierda Unida a la que pertenece Gordillo- de "arcaicos y viejos como los dinosaurios" y "defienden un sistema que nos está llevando a la bancarrota".
El sindicalista ha declarado que "nadie vota a estos partidos para que haya reforma laboral, suban el IVA, los impuestos, quiten los 400 euros o el chequebebé", y ha descalificado el sistema democrático al afirmar que la sociedad tendría que "quitar de la vida pública" a ambas formaciones "porque no representa a nadie aunque tengan el voto", si bien no hizo referencia a si los votos de IULVCA son más o menos legítimos que los de los otros dos partidos. A estos los acusa del "desastre económico, ecológico y cultural" sin hacer mención a la implicación de IULV-CA en el Gobierno andaluz.
Cañamero ha dicho que el objetivo de todo no es más que "desprestigiar a los dirigentes obreros reprobando a Sánchez Gordillo", sentido en el que ha cuestionado que no se "arremeta" contra otros casos o personalidades. "Quieren desprestigiar a un dirigente obrero que ha tenido la osadía de ponerse al frente y señalar a los culpables de la crisis", ha enfatizado.
En el recorrido desde Roquetas de Mar, donde el alcalde del PP Gabriel Amat les cedió el Pabellón Infanta Cristina para que durmieran, hasta el mitin en la Plaza de las Velas de la capital almeriense, donde el grupo de asistentes ha sido notable, han pasado por Vícar, donde el alcalde socialista Antonio Bonilla saludó a los manifestantes.
En el Parador intentaron cortar el tráfico a su paso, lo que fue impedido por la Policía, así no se detuvieron mucho y siguieron avanzando, para llegar a la tarde a la capital donde también hubo no sólo militantes de Izquierda Unida, también socialistas a título particular que acudieron a la concentración.
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