viernes, 14 de septiembre de 2012

Eurovegas se perdió en Tabernas



La elección de Madrid para instalar el macrocomplejo de ocio y juego vuelve a dejar a Almería con la miel en los labios · Ya pasó algo similar con su candidatura a albergar a Eurodisney en la década de los años 80
 LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-Está claro que a Almería no le van los parques temáticos. Ni el Eurodisney, ni el Eurovegas; el primero un sueño imposible, el segundo una quimera propiciada más que nada para aprovechar un posible enfrentamiento Madrid-Barcelona que salpicara sus migajas en el desierto de Tabernas. Siempre dio la impresión de ser una idea (más descabellada que otra cosa) deslavazada a última hora que una propuesta firme para los promotores de la idea. Probablemente no había muchas esperanzas de que el "único desierto de Europa" principal baza esgrimida por algunos empresarios para convencer al magnate norteamericano Shledon Adelson quien la pasada madrugada enterró las últimas en un comunicado en que pesó más la intuición de Esperanza Aguirre que los encantos del paisaje almeriense.

De hecho, no es la primera vez que sucede algo así. A finales de 1984, después de comprobar el éxito de sus parques en California y Florida, los directivos de la empresa de animación presentaron una lista con más de 1.200 localizaciones en toda Europa que serían idóneas para su nueva aventura empresarial. Entre ellas, dos localizaciones bañadas por el Mediterráneo, una de ellas en la costa del Levante almeriense haciendo honor al nunca comprobado origen almeriense del propio Walt Disney. El clima era su principal baza que no fue suficiente como para evitar que los terrenos situados en Marne-la-Valleé cercano a los encantos parisinos, arrebatara el primero de los sueños con el sello made in Almería.

Las enormes (y disparatadas) cifras del segundo intento eran demasiado atractivas para no ver las cartas de la jugada: 11 millones de turistas en 15 años que dejarían en Almería 15.500 millones de euros en un macrocomplejo de juego con 12 espacios de vacaciones, 3.000 habitaciones en sus distintos hoteles, una inversión superior a los 17.700 millones de euros y la creación de suficientes puestos de trabajo como para acabar con todo el paro de Almería, incluso varias veces.

Para ello se ofreció un terreno de 450 hectáreas y se contó con el apoyo de algunos empresarios que querían, al menos, intentar una aventura para la que Madrid y Barcelona habían presentado ya sus candidaturas. Representantes de una consultora, TOE Group y del Grupo Citymar se reunieron con la alcaldesa de la localidad para comenzar las gestiones con Las Vegas Sands Corporation de cara a una visita a las instalaciones de los poblados del oeste que esperaban como agua de mayo la llegada de los dólares del juego. Sus saloon que tantas veces se inmortalizaran en las películas de los espagueti western esperaban volver a vivir sus épocas de gloria, con los tapetes llenos de jugadores de póker (ahora Texas hold'en), las ruletas funcionando sin parar, los dados corriendo sobre las mesas y los tahures de medio mundo conociendo el acento almeriense.

Las disputas políticas entre Madrid y Barcelona podrían hacer que la balanza se decantase del lado almeriense, aunque no se traspasó las barreras de lo razonable en esa lucha. De hecho, la falta de apoyo político (ni el Gobierno central, ni el PP, ni la Junta) ha sido otra de las bazas que Almería no ha sabido jugar. Lo que se pedía era demasiado; sencillamente que se mirara hacia otro lado en materia de legislación laboral, ley antitabaco, protección de derechos e incluso la afectación a un medio ambiente del que ya hay demasiados algarrobicos aún por solucionar. En cualquier caso, serán otros los que los deban hacer, ya que los dólares del juego no se quedarán aquí.


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