Aunque el recuento no ha terminado del todo, la victoria del candidato demócrata se asegura con su triunfo en Ohio, Colorado, Iowa, Wisconsin y Nueva Hampshire
LAEDICION.NET.-:/ Redacción.-El presidente Barack Obama ha conseguido el respaldo de los norteamericanos para cuatro años más en la Casa Blanca en unas elecciones muy disputadas, en las que el huracán Sandy -una desgracia para EEUU- ha resultado un 'regalo' para el candidato demócrata.Con la proclamación a las 5.15 de esta madrugada, hora peninsular española, de su triunfo en Ohio, precisamente el estado más reñido durante la campaña, Obama sumó 274 votos electorales, frente a los 201 que llevaba Mitt Romney.
La previsión es que al final del recuento y a pesar de que en voto popular está literlamente empatado con su rival republicano -50 millones de votos cada uno-, el presidente obtenga 322 votos electorales, frente a los 216 de su rival republicano.
UN MANDATO COMPLICADO
Tras un final con más apuros de lo que los demócratas pronosticaban hace solo cinco semanas, el presidente Obama tiene poco tiempo para celebrar su victoria.
Su segundo mandato llega lleno de escollos y con el país notablemente polarizado.
Para empezar, tiene enfrente una Cámara de Representantes en la que los republicanos mantienen la mayoría y no va a ser fácil -no lo fue en 2011-negociar con un Partido Republicano en pleno proceso de reconversión.
Tampoco, liderar un país dividido, cambiar el humor de sus conciudadanos, devolverles la alegría de vivir, la esperanza de progresar.
A estas alturas, la promesa de Obama restablecer el sueño de la convención de Boston, el 27 de julio de 2004, cuando rechazó el enfrentamiento entre una América progresista y otra conservadora, entre lo negro, lo blanco, lo asiático y lo hispano, parece más dificil de cumplir que nunca.
Hacia el mundo, y sobre la base de una amplia coincidencia en política exterior para lidiar con China, la otra superpotencia, el presidente Obama tendrá que mantener el pulso de la retirada de Afganistán, anunciada para finales de 2014, sin perder de vista a Pakistán ni a las franquicias de Al Qaeda en países africanos y asiáticos.
Pero, sobre todo, tendrá que vigilar a Irán. Las últimas Administraciones norteamericanas se han comprometido a frenar el desarrollo del programa nuclear de Teherán, pero EEUU está en fase de salida de guerras, no de entrada en nuevos conflictos, y la Casa Blanca tendrá muy poco apetito para nada que no sea sanciones y una equilibrada dosis de palo y zanahoria.
LA MOVILIZACION DEMÓCRATA
La principal razón del triunfo de Obama radica en una amplia movilización del voto demócrata, en muchas zonas incluso similar al que logró en 2008.
El líder demócrata pudo sumar de nuevo la coalición de fuerzas que le llevaron a la presidencia cuatro años atrás.
Las encuestas a pie de urna indicaban que podría haber atraído alrededor del 70% del voto latino, ligeramente por encima del que cosechó en las anteriores elecciones, ayudado por el mensaje antiinmigratorio republicano.
Tampoco el voto juvenil ni el de los afroamericanos se vio especialmente disuadido de apoyarle de nuevo a pesar de levantar menos entusiasmo.
DISGUSTO EN FLORIDA
Por su parte, Romney contó con una mayor movilización de las bases de su partido que la que gozó su antecesor, John McCain, pero fue insuficiente para ganar en varios de los estados decisivos que requería para llegar a la barrera de 270 votos electorales.
La mala noche republicana se vio casi desde el principio, cuando Florida quedó sujeta a la larga disputa entre los dos partidos. Todo camino a la victoria para Romney pasaba primero por asegurar primero su dominio allí. Al final su derrota en Florida fue por pocos miles de votos.
En ese resulado influyó el cambio social que está experimentando la población hispana de la península, con la llegada de puertorriqueños, más orientados hacia los demócratas, que la tradicional población de origen cubano, inclinada hacia los republicanos.
Precisamente una de las conclusiones sacadas anoche por diversos analistas republicanos fue la necesidad de resolver el déficit de voto hispano como requisito para volver a la Casa Blanca.
SENADO Y CAMARA DE REPRESENTANTES
Las dos cámaras del Congreso mantuvieron el color político que tenían, con dominio demócrata en el Senado (52 escaños los demócratas por 45 los republicanos) y republicano en la Cámara de Representantes (149 escaños los demócratas y 208 los republicanos).
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