El promotor de la fiesta mortal, libre con fianza

Flores tardó menos de una hora en reunir los 200.000 euros que le exigía el juez

LAEDICION.NET.-Ni una hora tardó el empresario Miguel Ángel Flores, promotor de la fiesta de Halloween en el Madrid Arena en la que murieron cinco jóvenes, en reunir los 200.000 euros que el juez que investiga la tragedia le impuso como fianza para eludir la prisión provisional. Pagó y poco antes de las seis de la tarde abandonó los juzgados de la plaza de Castilla de Madrid, con buena cara y una bolsa de deporte llena de ropa por si su suerte era diferente, en la mano izquierda. Evitó hacer declaraciones y desapareció.
En principio, no podrá ir muy lejos. El jueves, el magistrado Eduardo López Palop ordenó su detención ante la acumulación de nuevas pruebas incriminatorias contra el empresario, y por los indicios aportados por la policía que apuntaban la posibilidad de que Flores huyera de España. ¿Persiste el riesgo de fuga? En principio sí, pero el juez le retiró el pasaporte y le ha obligado a presentarse en los juzgados a firmar los días 8 y 22 de cada mes.
Los abogados de las familias de las cinco jóvenes mostraron su disconformidad con la decisión del juez, porque entienden que 200.000 de fianza para Flores no es nada, como se demostró, al poder reunirlos en una hora.
Durante el nuevo interrogatorio, Flores negó tener ninguna responsabilidad en la tragedia.
El sindicato Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, ha recurrido la decisión del juez por considerar que dicha fianza es “ridícula y simbólica”. Manos Limpias esgrime que Flores ya había avisado tras el interrogatorio que tardaría una hora y media en abonar la fianza para eludir la prisión, tal y como sucedió.
Por su parte, el portavoz de Facua-Consumidores en Acción, Rubén López, afirmó que la fianza de 200.000 euros era “pecata minuta” para Flores, ya que “tenía capacidad para pagar eso y 10 veces más”. López apuntó que con “el dinero irregular” que supuestamente Flores recaudó con el exceso de aforo en la fiesta mortal podía haber cubierto perfectamente la fianza “ridícula”.