Los nueve imputados por el crimen están en libertad, y el matrimonio Bru, desesperado, inicia hoy una campaña de protesta por el retraso judicial
LAEDICION.NET.-«Mi hijo José Ángel Bru fue secuestrado y brutalmente
asesinado en 2008. Los asesinos siguen en libertad y la Justicia mira para otro
lado». Este es parte del mensaje de un cartel elaborado por José y Puri, dos
padres desesperados que llevan casi cinco años esperando a que un juez «meta a
los asesinos de nuestro hijo» entre rejas. El cuerpo sin vida de José Ángel
Bru, de 33 años e hijo del matrimonio, fue hallado el 17 de julio de 2008 por
la Guardia Civil junto a una vía de servicio de la A-92, a la altura de Gérgal,
en el interior de su coche, completamente calcinado y con un impacto de bala en
el tórax.
En apenas dos meses se cumplirá un lustro desde aquel trágico
episodio negro de la historia más reciente de la provincia. Pero el Juzgado de
Instrucción número 5 de Almería, encargado de la instrucción del llamado ‘Caso
Gérgal’, mantiene abiertas las diligencias y aún no hay señalada la vista para
tan «esperado» juicio. «No sabemos que hacer para se haga justicia con mi
hijo», señala Puri, que lleva varios años sumida en una profunda depresión.
El hecho es «aún más doloroso», explica José, porque «los asesinos
de mi hijo disfrutan actualmente de la libertad». Y es que los nueve imputados
por el asesinato del joven fueron puestos en libertad con cargos y con «una
continuada bajada de fianzas». En concreto, el extitular del Juzgado de
Instrucción número 5 de Almería, Rafael Soriano, imputa a José B. L. L., Rafael
S. I., Juan A. S. L., José M. S. L. y P. L. L., todos naturales de Níjar y
presuntos miembros del clan de ‘Los Culebros’, de los delitos de asesinato,
detención ilegal, daños, así como un delito contra la salud pública y otro de
tenencia de explosivos en el caso de P. L. L. y R. S. L..
Junto a los miembros de ‘Los Culebros’ también están imputados por
el asesinato L. G. S., O. A. y M. K.
A falta de una prueba
Según destacó ESTE MEDIO hace unos meses, el caso sigue paralizado
porque la fiscal ha solicitado recientemente una nueva prueba que podría ser
determinante para identificar a los culpables que dieron muerte a José Ángel
Bru. Se trata de un cotejo pericial de voz de las llamadas telefónicas
interceptadas por la Guardia Civil a varios miembros de ‘Los Culebros’ en la
fecha en la que se produjo el rapto, ya que le Benemérita seguía la pista al
clan por asuntos relacionados con el tráfico de drogas a través de la llamada
‘Operación Mácula’. En la grabación se «muestra claramente» la implicación en
los hechos de los nueve imputados por el asesinato.
Si bien, dicha prueba «lleva en Madrid más de cinco meses» y todavía
«no hay noticias de ella», lamenta José Bru, quien señala que la Justicia les
«está tomando el pelo».
La familia de José Ángel ha dejado de creer en la Justicia. «No
entendemos por qué no se actúa de la forma rápida y contundentemente que se
debería ante un caso que, al parecer, está más claro que el agua», explica José
Bru. Hartos de «una espera interminable», José Bru y su esposa, enferma a raíz
del asesinato de su hijo, decidieron contactar en febrero de 2012 con José
Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz, quien tachó la situación como algo
«anormal» y pidió explicaciones a la Fiscalía de Almería. El matrimonio también
envió la misiva al Juez Decano de Almería, Luis Columna, quien aseguró a los
padres de José Ángel que la instrucción «estaba muy próxima a cerrarse». Sin
embargo, «todavía no hay noticias del señalamiento», lamenta José, quien
asegura que el magistrado Rafael Soriano les «prometió cerrar el caso» antes de
trasladarse de juzgado. «Ha llegado otra juez y todavía estamos esperando»,
añade Puri.
Cansados del retraso judicial, José y Puri iniciarán hoy una pegada
de carteles para denunciar una situación que catalogan como «injusta y
alarmante». El primero de ellos lo pondrán esta mañana en la puerta de la
Ciudad de la Justicia. «Necesitamos que los asesinos de nuestro hijo cumplan
por todo lo que nos han hecho», señala Puri, quien no descarta encerrarse
dentro del edificio judicial si «la Justicia no actúa de una vez por todas». La
familia Bru busca «la luz al final del túnel» de una cruzada judicial «llena de
sufrimiento e injusticia».
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