En la capital, por ejemplo, la cantidad de estos productos
que se recicla se reduce en 37,7% en 4 años
LAEDICION.NET.-El cartón y el papel, que cada tarde
depositamos en su contenedor correspondiente, cotizan al alza en las últimas
fechas y muchos se aprovechan de estos materiales para sortear la crisis de una
forma más desahogada. Se está creando un mercado secundario que, aunque todavía
no sirve para enriquecerse, está cambiando el flujo normal del reciclado en la
capital. En la actualidad, un kilogramo de papel se compra por entre uno y 13
céntimos. En términos mayores, se pagan en torno a 130 euros por tonelada. Sin
embargo, aunque parezca difícil hacerse poderoso a costa de este material, los contenedores
almerienses pierden tres toneladas diarias desde 2009. En ese año, la planta de
reciclaje de la capital recibió 3.649 toneladas. Fue el punto más álgido del
reciclaje en la capital. Los almerienses se habían concienciado de lo
importante que es mantener el ciclo continuo de productos que proceden de
materia primera agotable. Aunque también es cierto que este mercado secundario
sigue respetando la nueva utilidad de los productos que se generan a partir del
papel y el carbón. Lo que sucede es que lo que se busca es encontrar la empresa
que pague un mayor precio por estos productos. Esos que se depositan en el
contenedor azul.
Sin embargo, papel y cartón no son los únicos productos que desaparecen. También lo hacen vidrio, hierro o el cristal, aunque en menor medida, pues su valor, en la actualidad, no supone un poder de rentabilidad que se acerque al del papel o cartón.
A día de hoy, todo Ayuntamiento recibe un porcentaje económico por cada tonelada reciclada, pero ese no es el problema para el Consistorio, puesto que supone una parte mínima. Sin embargo, el proceso de reciclaje a través de las competencias municipales logra productos más baratos que en el secundario.
Hasta el momento, no existe alarma por el robo de papel y cartón, aunque sí que es algo que comienza a preocupar. La Policía Local cada vez se enfrenta con mayor frecuencia a este tipo de robos invitando a aquellos que los realizan a desplazarse del lugar, pues al ser personas que lo hacen por necesidad, no existe exigencia de arrestar a los que cometen el acto.
Sin embargo, papel y cartón no son los únicos productos que desaparecen. También lo hacen vidrio, hierro o el cristal, aunque en menor medida, pues su valor, en la actualidad, no supone un poder de rentabilidad que se acerque al del papel o cartón.
A día de hoy, todo Ayuntamiento recibe un porcentaje económico por cada tonelada reciclada, pero ese no es el problema para el Consistorio, puesto que supone una parte mínima. Sin embargo, el proceso de reciclaje a través de las competencias municipales logra productos más baratos que en el secundario.
Hasta el momento, no existe alarma por el robo de papel y cartón, aunque sí que es algo que comienza a preocupar. La Policía Local cada vez se enfrenta con mayor frecuencia a este tipo de robos invitando a aquellos que los realizan a desplazarse del lugar, pues al ser personas que lo hacen por necesidad, no existe exigencia de arrestar a los que cometen el acto.
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