Jorge Lirola
Delgado
Profesor
Titular de la Universidad de Almería
El Vicerrector
de Investigación de la UAL, José Luis Martínez Vidal, pidió el relevo al
Rector, Pedro Molina, procediendo éste a sustituirlo por Javier de las Nieves.
Esa es la versión oficial, que añade que es por las socorridas razones
personales.
Da la
casualidad de que está pendiente que se resuelva si se archiva la querella que
interpuse contra él o si se admite, en cuyo caso pasaría a estar procesado por
un presunto delito penal de falsedad en documento público. Lo ha de decidir, en
primera instancia la jueza Alejandra Dodero Martínez y, en caso de que ésta se
reitere en que se ha de archivar, la Audiencia Provincial de Almería u otras
instancias superiores.
No es que crea
yo que ambos hechos estén relacionados, pues soy consciente de que parece
importar poco el que un Vicerrector de Investigación expida un certificado en el que asevere que “el hecho de que
D. Jorge Lirola Delgado esté sancionado no
afecta al desarrollo del proyecto [Biblioteca de al-Andalus] pues
éste puede ser ejecutado por el resto del equipo de investigación del mismo...
no irrogándose ningún perjuicio al resto de los investigadores, los cuales
siguen el curso de sus investigaciones, tal y como éstas estaban previstas y
subvencionadas” y que lo haga, tal como reconoció en su declaración
judicial, sin haber preguntado a ninguno de los investigadores del proyecto,
incluidos los dos que eran de su propia universidad, pues todos los
investigadores habían afirmado que en ningún momento el Vicerrector se hubiera
puesto en contacto con ellos. La gestión del proyecto, además, tuvimoss que
hacerla desde otra universidad en lugar de la de Almería.
El
razonamiento científico de José Luis Martínez Vidal resulta, cuando menos,
curioso. Según él, el hecho en sí de que sancionen al investigador principal de
un proyecto, que ha sido concebido y desarrollado por él desde sus inicios, no
debería tener ninguna incidencia en el mismo y se puede estar seguro de que no
hay ningún perjuicio y de que el proyecto sigue su marcha prevista sin que le
afecte esa importante circunstancia. Es más, en su declaración en sede
judicial, el máximo responsable de la investigación en la UAL insistió en que
él no tenía que hablar con ningún investigador ni hacer comprobación alguna
para estar seguro de que no había problema para que el proyecto siguiera su
oportuna marcha. En todo caso, la persona ya sancionada y suspendida de empleo
y sueldo, según Martínez Vidal, seguía teniendo “la obligación de comunicar
por escrito los perjuicios en el desarrollo del proyecto, pues él (el
Vicerrector) no puede certificar que los mismos existen pues no tendría argumento
sólido para ello”. No le bastaba que en el mismo escrito al que él
contestaba con su certificación, aludiera yo a los daños y perjuicios
irreparables propios y a terceros.
En román
paladino: de acuerdo con su particular concepción científica, es posible que
José Luis Martínez Vidal sea capaz de certificar, sin temor a
equivocarse, que no llueve
sin mirar a la calle ni preguntar a nadie, por el simple hecho de que nadie le
ha dicho que llueve.
Esta
afirmación sin verificar tenía una importante repercusión en mi futuro laboral
e investigador y en el del proyecto de investigación que dirigía, pues en ella
se basó el juez Antonio Luis García Valverde para negar que hubiera daños a
terceros y no concederme la suspensión de la sanción en primera instancia, de
forma que pretendían mantenerme sin empleo, sueldo ni derechos laborales como
profesor e investigador durante 4 años y 3 meses. En cualquier universidad de
prestigio, esto hubiera sido motivo para que José Luis Martínez Vidal dejara el
cargo de forma inmediata, pero ya sabemos que España, por un lado, no cuenta
con universidades de prestigio (¿por qué será?) y que, por otro, las dimisiones
no responden a que se sienta vergüenza por haber realizado actos reprobables.
Es por eso por
lo que estoy convencido de que detrás de lo que se ha presentado como una
dimisión por cuestiones personales se esconde otra cosa, quizás la esperanza de
obtener un cargo de más altos vuelos. Ante los movimientos que parecen estar
produciéndose ya en la UAL, quizás busca hacerse con el cargo de Rector en las
próximas elecciones. El tiempo dirá si me equivoco.
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