domingo, 6 de julio de 2008

EN LOS CAMERINOS DE ROCK IN RIO

MADRID.- Ingrid Berger lleva toda la vida rodeada de estrellas. Seis ediciones de Rock in Rio -más de 20 años en la organización de eventos musicales- como responsable de camerinos dan para escribir varios libros con éxito asegurado de ventas. "Me encargo de que a los artistas no les falte nada, de acompañarles a escenario, de que estén bien"..Son las 18.30 horas. Ingrid no se separa del walkie-talkie. Hace algo más de una hora le han dicho el menú que desea The Police, que cerrará esta cuarta jornada. "Arroz integral para Sting, pescado blanco, sopa fría...Tenemos tres horas para hacerlo". No parece agobiada. "Sting es muy normal, no hay problema".Para "pesados, Whitney Houston y Michael Jackson", afirma con desparpajo. A estas alturas, reconoce, le sorprenden pocas cosas. "Franz Ferdinand ha pedido seis calzoncillos y seis medias" y Lenny Kravitz ya ha anunciado que trae a su propio chef.En esta primera fiesta en Madrid, Tokio Hotel ha sido de los que más trabajo ha dado en su paso por la Ciudad del Rock, aunque si tiene que elegir al "peor grupo" con el que se ha topado en las últimas ediciones del festival, lo tiene claro: Linkin Park, que actuó en Lisboa. "Su staff quería todo muy organizado, eran muy complicados".De Amy Winehouse no guarda mal recuerdo. "Aquí ha estado más tranquila que en Lisboa. Allí nos dio la lata cuando quería cambiar el color de uñas y porque tenía mal un brazo y había que curárselo". En Arganda, además de la comida del camerino, sólo pidió sangría para refrescarse en el escenario. "Se la preparamos aquí".De ruta por el backstage, Ingrid saluda a todo el mundo. "Este es el lunch, donde se preparan los 'drinks' a los artistas". Hay aire acondicionado y una televisión plana grande para seguir los conciertos. En la parte trasera está la caseta-camerino prefabricada de Alejandro Sanz, con su terraza y su césped artificial en la puerta. Al otro lado, se preparan ya Antonio Carmona, Rosario Flores, Pitingo y La Negra, que en un rato saldrán al escenario.e los artistas españoles no dice una mala palabra. "Alejandro es maravilloso". Al de Moratalaz le gusta que en su camerino haya champán. Las peticiones normales de los artistas pasan por los buenos vinos, el vodka y las cervezas. "También piden vitaminas, barritas energéticas...". Aunque hay caprichos que se encuentran con un 'no'. "Por ejemplo, si me piden champán Cristal que me cuesta 250 euros la botella. O también me he negado a comprar vinos que costaban 2.000 euros".

Le apasiona lo que hace. "Cada día es un reto que te permite enfrentarte a distintas situaciones y, además, conocer a gente muy interesante". Lleva tres años viviendo en Europa y en agosto tiene previsto volver a Brasil. "Quiero estar allí dos años". Hasta que la música vuelva a llamar a su puerta.

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