Los generales que han protagonizado un golpe de Estado en Mauritania han anunciado que designarán un Gobierno que dirija el país hasta que se celebren nuevas elecciones, desafiando las peticiones internacionales para restaurar en su puesto al primer presidente democráticamente elegido.Los militares derrocaron a Sidi Mohamed Ould Cheij Abdalahi el miércoles después de que intentara deponer a altos cargos del Ejército.
Abdalahi permanece retenido en un lugar no desvelado. Su hija, liberada del arresto domiciliario al que fue sometida junto al resto de la familia el jueves, dijo que el presidente había necesitado atención médica.
"Su médico le visitó la noche pasada, y dijo que tiene que someterse a una pequeña operación, pero no es grave", dijo a Reuters poco después de abandonar el arresto domiciliario, sin dar detalles sobre la naturaleza de la condición médica del presidente.
El único contacto que se le ha permitido a Abdalahi con su familia fue una lista por escrito que fue llevada al palacio presidencial por soldados, en la que pedía antibióticos, ropa, libros y loción para después del afeitado, dijo.
Mauritania, que se encuentra entre el África árabe y negra, ha sido un aliado de la guerra contra el terrorismo de Estados Unidos, y Al Qaeda ha reforzado sus ataques en la región en los últimos años. El país es también uno de los nuevos productores de petróleo.
Washington se ha sumado a la condena internacional por el golpe y ha pedido la restauración del Gobierno y anunciado la suspensión de la ayuda no humanitaria, valorada en más de 15 millones de dólares, fundamentalmente en financiación militar.
NUEVO GOBIERNO
El jefe de la guardia presidencial, Mohamed Ould Abdelaziz, que lanzó el golpe de Estado el miércoles después de que Abdalahi le despidiera, junto a otros altos mandos militares, ha formado una junta de once hombres que ha prometido elecciones cuanto antes, pero sin dar fecha.
En un comunicado diferente publicado durante la noche por la agencia de noticias estatal, la junta dijo que asumiría los poderes del presidente hasta que haya elecciones y designaría un gobierno mientras tanto.
Otras instituciones continuarían funcionando con normalidad, incluido el Parlamento.
Muchos de los parlamentarios se unieron a cientos de personas en una marcha para apoyar el golpe en la capital, Nuakchot.
Abdalahi ganó las elecciones el año pasado tras un golpe de Estado de 2005 también instigado por Abdelaziz, que puso fin a las dictaduras pero se ha enfrentado con la creciente oposición de parlamentarios que se quejaban de que no les consultaba.
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