
La nueva edición de la semana de
Con unos recursos considerablemente más reducidos que Lagerfeld o Galliano, el creador catalán Josep Font plantea una propuesta haute couture que se mantiene fiel a su identidad, bebe de influencias internacionales y, en definitiva, se supera de nuevo a sí misma sin tener nada que envidiar a las de sus compañeros de Alta Costura. Font nos propone un viaje al folklore español -mantillas con flecos, un sinfín de jaretas y aplicaciones florales en mil y una formas- sin caer en absurdas obviedades. Así, a las faldas mini a capas de estilo bailarina y las tupidas medias bordadas color azul eléctrico, rouge y blanco se suman vestidos rectos y hieráticos, todo ello con ese halo de misterioso romanticismo propio de las ninfas del bosque.
El nuevo menú haute couture de Karl Lagerfeld para Chanel se compone de diseños curvilíneos, patrones cocoon y un manejo de materiales como el chiffon y el tweed que busca la tercera dimensión. Las aplicaciones de pluma de marabú, avestruz, pelo rasurado y broderie se presentan en una gama cromática serena compuesta por colores que varían del más absoluto noir al gris piedra, aluminio y tonos nude en degradé con puntuales concesiones al fucsia y el rosa chicle. En definitiva, una colección rotunda y dirigida a un público más adulto que en anteriores ocasiones.
John Galliano ha definido su nueva propuesta para Dior como "Alta Costura, fresca y refinada". Ciertamente, el diseñador gibraltareño resta espectacularidad a su cita en París en favor de una estética que recupera aspectos puramente clásicos que caracterizaron a la maison en sus momentos álgidos, hace ya seis décadas. Se trata de una impecable selección de vestidos, abrigos de corte trapecio y faldas a media rodilla con suaves tintes gris, caramelo, malva, violeta y verde menta, que se sirven de elementos como el tul y la organza para dar lugar a piezas transparentes combinadas con detalles lenceros y corsetería. El definitivo toque fetichista se basa en personajes del pasado -concretamente en Lisa Fonssagrives, modelo de Dior en los años cincuenta y esposa de Irvin Penn- pero también en iconos franceses de la moda actual, dígase el concepto french chic de Carla Bruni-Sarkozy.
¿Por qué nos fascinan los desfiles de Christian Lacroix? Son deliciosamente excesivos. El diseñador francés probablemente sea uno de los únicos protagonistas de la haute couture al cual se le permite absolutamente todo. Su prodigiosa capacidad para elaborar una propuesta que condense múltiples elementos históricos -pasamanería, broderie, enormes lazadas, toreras y trajes de inspiración eduardiana- no tiene límite. Lacroix plantea una colección que funde tendencias de actualidad -reinterpreta el estilo graffiti con un total look en blanco, fucsia y rojo que exhibe espectaculares brochazos de color sobre un abrigo, medias y bolso a juego- con otros detalles que destacan por un minucioso control de la artesanía aplicada a la moda. El folklore castizo de nuestra tierra también tiene su lugar en la mente del talento a través de boleros y corsés de terciopelo negro con hiladura de oro, directamente inspirados en la época en la cual el imperio español se encontraba en su máximo esplendor.
A través de su colección para Valentino, Alessandra Facchinetti pone un pie en
Ricardo Tisci se ha inspira en las tradiciones de Perú para la colección de alta costura de Givenchy, en la que emplea colores como el tabaco, vivos rosas, materiales como la alpaca y elaboradas símbolos incas. Jean Paul Gaultier se decanta por una colección estilizada y ajustada a la figura aderezada con pinceladas neón y elementos inspirados en la estética ecuestre. Giorgio Armani vuelve a subir a escena dos de sus máximas: elegancia y patrones sencillos en una de sus prendas estrella, el traje pantalón. La sofisticación llega de la mano de discretos ruffles y lazos babydoll que rematan prendas minimalistas y favorecedoras. Por último, las formas y colores de
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