martes, 21 de abril de 2009

Un juez de EEUU abre la puerta para hacer pruebas de ADN en el caso Ibar

TRIBUNALES | Español en el corredor de la muerte

LAEDICION.NET.-AGENCIAS.-Se llama William Ortiz, tiene 37 años, es de origen puertorriqueño y cumple condena en la cárcel de Columbia, en Florida por una larga lista de delitos. Juan Gispert, un testigo sorpresa del caso Pablo Ibar, asegura que este hombre, y no el español condenado a muerte, es quien disparó en junio de 1994 contra Casmir Sucharsky, dueño de un local nocturno, y dos de sus bailarinas, Sharon Anderson y Marie Rogers. Un juez de Florida se ha mostrado partidario de que se realice una comparativa de sus huellas dactilares con las recabadas en el lugar de los hechos por la policía en 1994. Decenas de esas huellas no pertenecían ni a las tres víctimas ni a los dos hombres condenados por el triple asesinato, Pablo Ibar y Seth Peñalver.
El magistrado Jeffrey R. Levenson ha afirmado en una vista celebrado en los juzgado de Fort Lauderdale que "lo importante es que se haga Justicia. Esto no es una batalla procesal. Sólo importa la Justicia". Quizás sea la declaración más esperanzadora de un magistrado de los Estados Unidos desde que se relacionó a Pablo con los asesinatos en 1994.
Una fotografía extraída de un vídeo de seguridad fue la principal prueba de cargo contra Ibar que desde 2000 está pleiteando para la celebración de un nuevo juicio tras ser condenado a muerte por un tribunal popular.
Comparativa de huellas
Ahora el Juez Levenson ha dado tiempo hasta el día 8 de junio a Benjamin Waxman, abogado de Ibar, y a la fiscalía para que se pongan de acuerdo y recopilen todos los indicios a su alcance para solicitar la comparativa de huellas dactilares. Será el tribunal supremo de Florida quien autorice finalmente las pruebas. El magistrado Levenson también ha dejado la puerta abierta a que se realicen pruebas de ADN a William Ortiz para contrastarlas con otras realizadas en un pelo de una sudadera encontrada en el lugar de los hechos.
El caso de Pablo Ibar dio un giro espectacular hace unas semanas cuando tras la emisión de una entrevista con el preso desde el corredor de la muerte. Juan Gispert , un cubano residente en Hollywood, la zona donde se produjeron los asesinatos, telefoneó al programa asegurando que había reconocido a la persona del vídeo de seguridad y que ésta no era Pablo Ibar. Gispert ha presentado una declaración jurada y ha sido interrogado por la fiscalía. Mantiene que en 1994, William Ortiz le confesó ser unos de los autores del asalto y posterior asesinato de Sucharsky, Rodgers y Anderson.
A la salida de la vista en Fort Laudardale, una emocionada Tanya Ibar, esposa del español condenado a muerte y que asegura que estaba con él la noche en que se produjeron los crímenes, ha declarado a laedicion.net "sentirse muy emocionada por la decisión del juez Levenson". Desde que Juan Gispert apareció en escena "Pablo y yo hemos recuperado la esperanza", aseguró con lágrimas en los ojos.

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