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En el particular club social que modera Quintana con la ayuda de Màxim Huerta, se anunció, a bombo y platillo, que tamaña información era una exclusiva de Barrientos. Pues no. Cabe resaltar, y por eso escribo este editorial, que la noticia del embarazo del cantante fue publicada diez horas antes en este medio digital, visitado todos los días por todas las redacciones y por gran parte de los colegas.
Nunca pondré en cuestión que Paloma Barrientos, baluarte del periodismo social a la que admiro profundamente, tuviera también la misma información divulgada por éste que les escribe, pero no es correcto ni admisible que se use el término “exclusiva” para referirse a una noticia publicada anteriormente y se utilice su contenido para ilustrar el portal Vanitatis.com, que dirige Paloma. Está claro que la información camina velozmente y no es propiedad de nadie, pero en ocasiones es necesario dar un golpe en la espalda y reconocer a cada cual lo que es suyo.
Este periódico, líder en lo rosa, publica sus crónicas y reportajes justo cuando el día llega a la medianoche, mientras que el Vanitatis lo hace a media mañana. Puesto en contacto con Barrientos, la periodista asegura que: “la exclusiva es mía porque yo tenía desde la mañana del domingo esa noticia”. La exclusiva es del primero que publica, no del primero que tiene la noticia. Y animo a todos los compañeros, incluida Paloma Barrientos of course, a denunciar públicamente cada ocasion similar. Entre bomberos no nos pisamos la manguera. Ya está bien.
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