miércoles, 23 de septiembre de 2009

Isabel Pantoja, harta del ataque de los Rivera

REDACCIÓN.-Siguen con el mismo argumento de siempre, pero ahora se han unido nuevos miembros del clan en su contra. Isabel Pantoja no puede más. No soporta tanta presión. Vuelven los Rivera. Vociferan en su contra, pero pecan de lo mismo. Hace ya un cuarto de siglo que Paquirri murió en Pozoblanco, pero la estirpe Rivera sigue pregonando que Isabel Pantoja es la única que rentabiliza su adiós definitivo. La acusan sin medias tintas. La señalan sin pudor. Sin embargo, los miembros de ese clan –al contrario que la tonadillera- no han dejado de pasearse por los platós de televisión aireando éxitos y miserias del mito de los ojos claros. La reciente entrevista de Teresa Rivera en el programa ‘La Noria’ que conduce con merecido éxito Jordi González ha devuelto a la actualidad todos los entresijos de la vida del matador. Teresa incide, otra vez, en que el verdadero amor de su hermano fue Carmina Ordóñez. Con sus declaraciones pretende dejar constancia de que la tarde en la que Avispado terminó con su vida, Paquirri seguía profundamente enamorado de la Ordóñez. Aseveración dolorosa e injusta que no significa más que una severa humillación a la mujer que en ese momento ocupaba el corazón del matador. Es inapropiado, cruel, devastador, sucio y hasta rastrero menospreciar con tanta saña y alevosía a alguien. Y más a sabiendas de que lo contado no se corresponde con la realidad. Los que frecuentaban a la pareja me aseguran que su relación se encontraba en un buen momento. Por eso, quizás, las palabras de la Rivera no son más que el reflejo del profundo odio y animadversión que siente por la cantante. Ellos son los que, desde hace más de una década, alimentan el bulo de que Pantoja arrambló con todo lo que no le correspondía. La azotan públicamente para dejarla en ridículo. Para muchos no hay derecho a que persistan en responsabilizar a la Pantoja de todos sus quebraderos de cabeza. Es lo que también hizo José Antonio Canales Rivera durante la magnífica entrevista que los de ‘Sálvame’ le hicieron el pasado viernes. Él conserva la maldad encorsetada de los miembros de esa saga pero es todavía más sibilino y persuasivo. Acomodado en una postura de aparente respeto, Canales Rivera insinúa, señala y hasta acusa a Isabel de haber influenciado negativamente en su hijo para con la relación con su familia paterna. Esa que tampoco se ha preocupado ni ocupado de la educación de un Kiko Rivera que parece haber sentado cabeza. No es plato de buen gusto comprobar cómo, pasados los años, los que un día formaron parte de su más candente círculo afectivo ahora intentan que el público crea que ellos viven en el país de la piruleta y Pantoja en el tenebroso castillo de brujas.
Isabel Pantoja, muy molesta
Aunque ya está más que acostumbrada a los zarandeos mediáticos, Isabelita está cansada de la presión. Son demasiados años aguantando declaraciones en su contra e insinuaciones que, cuanto menos, la implican en tramas delictivas. Me insisten en que no consigue entender cómo Canales Rivera ha entrado al juego televisivo de la descalificación, sobre todo porque no es conocedor de nada de lo ocurrido durante su matrimonio. Empieza a hartarse del insufrible ataque de esa familia y, como es habitual en casos de intromisión en su derecho al honor, ha dejado en manos de su abogada Graciela Otondo cualquier tipo de decisión más trascendental. En ocasiones, es mejor callar.

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