LAEDICION.NET.-REDACCION.-En Piedras Redondas las paradas de frutas y verduras o los top manta abarrotan las calles que lindan con la avenida Sierra de Gredos • Los vecinos reclaman más orden y que se limpien las calles después del evento
Si hace dos años apenas llegaban a medio centenar el número de puestos que componían el mercadillo ilegal de Piedras Redondas, en la actualidad son más de setenta las paradas que, como muchos vecinos aseguran, llegan a "colonizar el barrio todos los domingos". El motivo es fácil, y si tenemos en cuenta la difícil situación económica en la que estamos inmersos incluso es comprensible. Y es que al tratarse de un evento comercial sin ningún tipo de licencia por parte del Ayuntamiento de Almería, los tenderos ambulantes no tienen que hacer frente a los cánones que pagan por mantener un sitio en el mercadillo.
En este barrio las ventas siempre son ganancia, pues no hay impuestos y además tampoco hay multas. Ni los servicios de inspección, ni la Policía aparecen por el barrio mientras se celebra la actividad. Y lo más grave de todo es que a sabiendas de la ilegalidad, el Ayuntamiento aún no ha tomado la decisión de eliminar o legalizar el evento pese a que hace un año la concejala de Salud y Consumo, Rafaela Abad, ya anunció que el Ayuntamiento "se estaba planteando la posibilidad de legalizarlo".
La situación es complicada y así lo calificó Abad, como una "lacra difícil de resolver". Pero para los vecinos este argumento no es válido. Ellos lo único que quieren es que haya un orden y que como ocurre en el resto de zonas de la ciudad donde se celebra mercadillo, el servicio de limpieza haga su función nada más retirarse los comerciantes del barrio. Porque tienen los mismos derechos que los almerienses que viven en la Bola Azul, o en la Plaza de Toros. Un solar sin construir, que ha sido cercado en el último año, hace las veces de vertedero de cartones y frutas en la puerta de un edificio de viviendas en el que viven 109 familias.
La mayoría de las paradas son de frutas y hortalizas, aunque también han crecido de forma notable los puestos denominados top manta. La venta de ropa, zapatos, complementos y plantas también tiene su sitio. Incluso una parada de churros, que ha irrumpido en el último año, ya se ha hecho un hueco entre la amalgama de productos para la venta.
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