Roquetas celebra las 'campanadas' chinas con niños adoptados del gigante asiático

LAEDICION.NET.-La Asociación en Defensa del Niño celebra el Año Nuevo Chino del Tigre en el municipio del Poniente • En España hay alrededor de 3.000 niños chinos adoptados y en Almería unos 70
Almería ha celebrado el Año Nuevo Chino del Tigre con una gran fiesta en la Urbanización de Roquetas de Mar. Allí tuvo lugar ayer un encuentro de familias que han adoptado niños nacidos en aquella lejana República Popular China pero que eran huérfanos por diversas circunstancias.

Hubo animaciones para los pequeños, una comida de hermandad y diversas actividades, pero sobre todo mucho cariño y mucho amor. Ellos han logrado que sus padres adoptivos casi vuelvan a nacer, encontrando en China los descendientes que no lograban en el territorio nacional.

Todo es obra de la Asociación Nacional en Defensa del Niño (ANDENI) que se creó a instancias de Aurora del Rosal Salmerón y su compañero, a quienes se le pone la carne de gallina hablando de la experiencia y el enriquecimiento personal que ha supuesto adoptar niños chinos.

Ella tiene cinco hijas, dos biológicas, María y Aurorilla, con una treintena de años cada una, y tres adoptadas, Carmen (Xiao Qing, que significa 'Amanecer en un día de fiesta', de 13 años), Alicia (Xi Jiao, que significa 'Lago del Oeste', de 10 años) y Ana (Jang Jang, que significa 'Sol', de 7 años).

Asistieron un total de 56 niños, con sus respectivos padres, incluso con presencia de familias que acababan de llegar desde las antiguas repúblicas soviéticas.

Entre los asistentes el concejal de Asuntos Sociales roquetero, José Galdeano, quien entregó algunos regalos a los niños en nombre del ayuntamiento de la ciudad.

Aurora, una mujer infatigable y de un corazón que no le cabe en el pecho, afirma que, pese a tener dos hijas biológicas, "desde que tengo uso de razón quise tener niños adoptivos. Conocí una pareja con hijos adoptados y el tema me llenó. Traer un nuevo ser al mundo, con tantos orfanatos como hay llenos de niños sin padres, lo veo un poco egoísta. He conocido muchas parejas que me han comentado el tiempo que han perdido con técnicas como la inseminación artificial después de haber logrado ser felices con hijos adoptados. Estoy muy agradecida al notario Alberto Agüero, que se volcó, no cobró nada y tiene el despacho lleno de fotos de niños adoptados en todo el mundo. Se portó como nadie".