lunes, 22 de marzo de 2010

El delicado estado de salud del padre de Lourdes paralizan su búsqueda

Ya han transcurrido casi seis meses desde que esta roquetera desapareciese sin dejar ningún rastro • Familiares y amigos cercanos siguen declarando ante el juez


LAEDICION.NET.-Se van a cumplir seis meses desde que el pasado 3 de octubre de 2009 desapareciera sin dejar rastro, tras salir de trabajar de la gasolinera Cepsa de La Urbanización, Lourdes García Carreño. La familia, resignada, afirma que "ha pasado mucho tiempo y no tenemos ya ninguna esperanza de encontrarle. Esto es horrible, es como vivir sin un brazo, sin una parte de tí", argumenta con dolor contenido Pedro Pérez, el portavoz de la familia. Han cesado las intensas batidas que voluntarios, vecinos, amigos, parientes, agentes de la autoridad y Protección Civil vinieron realizando durante los primeros meses de su desaparición, que se produjo después que saliera del trabajo sobre las tres de la tarde. El delicadísimo estado de salud del padre de Lourdes, que pasó las últimas fechas navideñas hospitalizado, obligó a la familia a cesar en la búsqueda para que la situación no le afectara más aún. Siguen adelante sin embargo las investigaciones por parte de los mismos agentes que la comenzaron, aunque sin que haya trascendido el más mínimo resultado positivo. También continúa la labor judicial, puesto que las personas más cercanas a Lourdes siguen siendo llamadas a declarar de forma individual ante el juez.

La Guardia Civil llegó a efectuar dos registros en el domicilio del ex novio de Lourdes en Cortijos de Marín, incautando diversas pertenencias. Allí convivieron ambos durante aproximadamente un año hasta que se rompieron las relaciones y la joven se alojó en su piso de El Parador. En el momento de su desaparición Lourdes pesaba 38 kilos, unos veinte menos de lo normal, debido a la mala época que estaba pasando por su ruptura sentimental, si bien no estaba en tratamiento médico ni psicológico "ni tomaba pastillas", recordaba su familia, que debido a su delgadez había decidido volcarse con ella hasta que volviera a su peso normal. La autoridad judicial declaró entonces el secreto del sumario y no ha hay ninguna persona detenida por este extraño caso de desaparición. La familia descartó el suicidio por cuestiones sentimentales al haber encontrado en su domicilio de El Parador signos evidentes de tener intención de volver a casa y baraja algún suceso violento como causa de su desaparición.

La última novedad conocida del caso fue la aparición en los alrededores de la plaza de toros roquetera del vehículo de Lourdes, un Peugeot 206 gris con matrícula 9539BLB, un hecho que aportó entonces mayor inquietud a la familia si cabe, puesto que, como recuerda el portavoz, "lo encontraron donde ya habíamos mirado y no estaba cuando pasamos. No podemos dejar de imaginarnos que alguien lo dejó allí en la madrugada del lunes con la ventanilla abierta y las llaves puestas para hacer creer que otra persona lo había hecho".

Se realizaron intensas batidas y rastreos por lugares de Roquetas cercanos a las zonas rurales, como charcas, Punta Entinas, Las Salinas, ramblas, etc., incluso en municipios colindantes y otras zonas como El Ejido, Almería o Vícar, sin ningún resultado, participando activamente la unidad de rastreo canino de la Guardia Civil.

Lourdes García vivía sola con una perrilla en su domicilio del 4B del edificio Etna de la carretera de Alicún, frente a la plaza de la Iglesia de El Parador. Sus padres viven en Gérgal. En el momento de su desaparición vestía el uniforme de la gasolinera de Cepsa de la que era cajera, con camisa rosa y pantalón gris con lista roja en el lateral de la estación de servicio. Su compañera Vanesa fue quien le dio el relevo a las tres de la tarde, puesto que Lourdes había entrado a trabajar a las seis de la mañana, y al igual que los demás compañeros sólo habla maravillas de la joven desaparecida, "porque es muy buena compañera, además muy responsable. Nunca falta al trabajo y siempre estaba dispuesta a venir. Estaba pagando una hipoteca del piso. Cuando le relevé no me dijo nada especial. Le ví muy normal, me dijo muy contenta que se iba a comer porque tenía hambre". En el coche no se encontró ningún signo de violencia. Se realizaron multitudinarias concentraciones de apoyo en lugares como Roquetas, El Parador, Gérgal o Almería.

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