Boticas de barrio y pueblos, en jaque por la crisis farmacéutica

La presidenta del colegio almeriense augura unos años muy difíciles en especial para zonas de la periferia de la capital y pueblos como Somontín, Urrácal o Tahal

LAEDICION.NET.-Daniella Montenegro.-La industria farmacéutica no pasa por su mejor momento y al parecer los próximos años van a ser bastante duros, especialmente para los pequeños pueblos de la provincia así como para las boticas de los barrios de la capital almeriense. Así lo ha asegurado la recientemente reelegida presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería, Pepita Ortega. La portavoz de los boticarios ha manifestado su fuerte preocupación "por la propia existencia del servicio farmacéutico tal y como lo conocemos hoy".

Ortega ha detallado que en pueblos con pocos habitantes en los que no hay consultorio médico y el único servicio sanitario es la farmacia, la situación es alarmante. "En muchos de estos lugares, como Urrácal, Somontín, Tahal o Nacimiento, se plantean incluso el cierre ya que no llegan ni a alcanzar mensualmente un sueldo digno". Igualmente ocurre en algunos barrios de la ciudad en los que las farmacias funcionan principalmente a base de las recetas médicas.

Y todo esto se debe principalmente a la creciente bajada del precio del medicamento que desde mayo de 2010 ha experimentado un descenso del 30%. "Este mismo porcentaje es el que dejan de percibir los boticarios que tenemos que pagar debidamente a los proveedores de medicamentos para que estos nos pueda continuar suministrando". Al descenso de los precios hay que sumar el retardo de la administración para el pago de las recetas, que según la presidenta "esperamos más de dos meses para cobrar esos medicamentos".

En la mayoría de las farmacias ya podemos encontrar cosméticos, alimentación infantil y otros productos que no limiten al farmacéutico a los medicamentos ya que esta industria se encuentra cada vez en peores condiciones, tal y como han señalado desde el propio gremio a este digital . No obstante, estos productos que rellenan las estanterías de las boticas y tienen como intención captar la atención de la persona que se acerca a adquirir sus medicinas, tampoco tienen el reclamo que tenían porque la crisis económica actual por la que pasan muchas familias españolas tampoco da la opción de permitirse muchos caprichos.