domingo, 27 de febrero de 2011
Desde la jacaranda
Cuando aún estamos traspuestos mirando la chapuza de la muralla de Jayrán en la Alcazaba, boquiabiertos por el gusto “oxidado” de la Consejería de Cultura de la Junta y nos reponemos con la alegría de la reparación del Cable Ingles, prometida por la susodicha Consejería por los siglos de los siglos amén, a ésta sufrida ciudad de Almería, nos despertamos con la noticia de que en un periódico de la Gran Bretaña y de su santísima madre, que no lo nombro para no darle publicidad, ponen a caer de un burro o mejor dicho, de un invernadero, a nuestros empresarios agrícolas por la explotación de los inmigrantes que trabajan bajo plásticos. No es la primera vez, ni será la última que intentan manipular la realidad para dañar al sector económico más importante de nuestra provincia, que comercializa unos 2.200 millones de euros y produce casi 3 millones de toneladas, y directa o indirectamente nos da de comer a todos.
No imagino que ser periodista sea lo que hace Karmele Marchante y Cia.; ni que ser presentadora de televisión sea llamarse Belén Esteban ; ni que ser abogado sea comparable al montaje de Rodriguez Menéndez, ni que por supuesto en Almería se encuentre la esclavitud del siglo XXI. Puede, porque de todo hay en la villa del Señor, que haya un mal llamado empresario que no tenga en buenas condiciones laborales a sus trabajadores inmigrantes, pero eso no es precisamente la generalidad de una tierra trabajadora y honrada como es la nuestra.
Y mientras nos alegramos por la nueva entrada a la ciudad por el cementerio, convertida en una calle magnífica con un gran bulevar, andamos con la mosca detrás de la oreja con el anuncio de Fomento de que se va a soterrar de forma total las vías del tren. Estando cerca unas elecciones, tiene una sus dudas. Y es que no ganamos para sobresaltos.
María del Mar Agüero, senadora del PP por Almería
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